Macao

La economía de Macao se contrae más del 26% en el segundo trimestre
Es el territorio mundial con peor desempeño económico en 2015
BLOOMBERG
EL PAÍS

Hong Kong / Madrid 31 AGO 2015 - 13:03 CEST
Vista de uno del casino Wynn, uno de los principales de Macao. BLOOMBERG
La economía de la región administrativa china de Macao se contrajo un 26,4% en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo del año anterior, en paralelo al declive del negocio del juego. Entre enero y junio, el producto interior bruto (PIB) de esta ciudad ya se contrajo un 24,5%. Esta cifra convierte a esta región en la de peor desempeño económico de todo el mundo. Macao es el territorio más densamente poblado del planeta —más de 600.000 habitantes en poco más de 30 kilómetros cuadrados— y la única zona de China en la que los casinos son legales. Pese al brusco descenso de la economía macaense en los últimos meses, que ha llevado a su PIB a niveles de 2011, la tasa de paro sigue en un ínfimo 2%, una de las más bajas del mundo.

El desplome en los ingresos del juego se ha visto acrecentado en los últimos meses por la ralentización de la economía china, de donde proceden la mayoría de jugadores que recalan en los casinos de la excolonia portuguesa. La facturación de estos establecimientos acumula ya 14 meses consecutivos a la baja. Aunque el dato de agosto aún no ha sido publicado, la media de los analistas consultados por Bloomberg sitúa la caída interanual en el 38%. De confirmarse, esta cifra cortaría de raíz cualquier atisbo de recuperación después de que en los últimos meses se hubiesen moderado las correcciones.

El desplome de la economía macaense no se traduce, sin embargo, en números rojos en sus cuentas públicas. Sin embargo, el superávit fiscal ha caído en casi la mitad desde el mes pasado como consecuencia de la caída en los ingresos derivados de los impuestos sobre el juego. El jefe del Ejecutivo de Macao, respaldado por el Gobierno chino, ha dejado entrever en las últimas semanas que su Ejecutivo se verá obligado a recortar gasto público si el principal motor de su economía, los casinos, prosiguen su senda bajista.

A finales de 2013 el PIB per cápita macaense se situó en 96.444 dólares anuales (algo más de 86.000 euros al cambio de este lunes). Esta cifra convierte a Macao en uno de los territorios más ricos del mundo, solo por detrás de Noruega, según los últimos datos disponibles del Banco Mundial. Esa riqueza, sin embargo, se concentra en muy pocas manos y los residentes locales se quejan del aumento de las desigualdades y la subida constante de los precios, especialmente de la vivienda.

Macao sigue los pasos de Hong Kong en su protesta contra Pekín
Los habitantes de la antigua colonia portuguesa exigen un referéndum pro democracia

MACARENA VIDAL LIY
Pekín 10 JUL 2014 - 14:36 CEST
Manifestantes de Macao piden sufragio universal. SIU CHIU REUTERS
Macao también quiere un referéndum en favor de una mayor democracia. Tras el éxito del celebrado en Hong Kong el mes pasado, y en el que participaron casi 800.000 personas para reclamar el sufragio universal, un movimiento civil de la otra antigua colonia retornada a la soberanía china ha convocado una consulta a finales de agosto para reclamar el derecho a “una persona, un voto”. Como en el caso de Hong Kong, China ha negado tajantemente cualquier validez a esa iniciativa.

Tradicionalmente Macao, el único territorio chino donde está permitido el juego y cuya economía depende de manera abrumadora de esta actividad, no había mostrado gran interés en la política. Pero un deterioro de la economía local y el aumento de las desigualdades han cambiado esta actitud en los últimos meses. En mayo, 20.000 personas según los organizadores —una cifra insólita para la excolonia portuguesa, de 600.000 habitantes y que volvió a la soberanía china en 1999— salieron a la calle para protestar contra un proyecto de ley que hubiera concedido pingües beneficios a los funcionarios locales. La medida se acabó retirando.

Los organizadores de la consulta, los movimientos La conciencia de Macao, Sociedad abierta en Macao y Juventud dinámica en Macao aseguran que la idea de la convocatoria es anterior a la celebrada en Hong Kong. Hace dos años, recuerdan, se llevó a cabo una iniciativa similar, pero apenas participaron 2.600 personas. En esta ocasión esperan entre 50.000 y 100.000.

Esta vez, el referéndum coincidirá con la votación para nombrar al nuevo jefe del Gobierno local, a la que hasta ahora sólo se ha presentado como candidato el responsable actual, Fernando Chui Sai-on. El proceso de nombramiento en Macao es similar al de Hong Kong: tan sólo están autorizados a votar los 400 miembros de un comité formado principalmente por simpatizantes del Gobierno central chino. Para poder presentarse como candidato es necesario contar con el respaldo de al menos 66 de los miembros.

Los participantes deberán responder a dos preguntas: si desean el sufragio universal y si tienen confianza en Chui. Los ciudadanos podrán participar mediante voto electrónico o voto físico y la papeleta estará disponible en mandarín, inglés y portugués. Según ha declarado uno de los organizadores, Jason Chao, en afirmaciones que recoge el periódico local Macau Daily Times, en la consulta que han convocado “desde luego votarán más de 400 personas. En cierto modo será más representativo que el voto oficial”.

Aunque Hong Kong y Macao gozan de autonomías similares y derechos como la libertad de expresión desconocidos en el resto de China, sus Constituciones son diferentes. La de la excolonia británica estipula el sufragio universal como una meta, y el Gobierno chino ha prometido poner en marcha alguna versión de este sistema para los próximos comicios locales, en 2017. La Carta Magna de Macao no se pronuncia al respecto.

Pekín ha reaccionado tajantemente ante la convocatoria del referéndum, anunciada el lunes pasado. El Macau Daily Times recoge un comunicado de la Oficina de Enlace con China en el que se declara que “una administración regional carece de autoridad para establecer un sistema de referéndum o de organizar actividades relacionadas con un referéndum”.

El martes, un portavoz del Ejecutivo local, Alexis Tam, señalaba que el referéndum “no tiene base en la Constitución, no tiene base legal y por lo tanto es ilegal e inválido”. Un lenguaje muy similar al que el Gobierno chino empleó para condenar el de Hong Kong.

Pekín contempla con preocupación el posible efecto contagio de los llamamientos en favor de una mayor democracia. Si hay algo a lo que el régimen comunista tiene temor es a la posibilidad de que se extiendan las reclamaciones de reformas que no vengan estrictamente controladas por el sistema. Desde la llegada al poder de Xi Jinping como jefe de Estado y secretario general del Partido Comunista de China, los esfuerzos por controlar la opinión pública se han multiplicado: desde mayores controles a las redes sociales, que incluyen ahora la posibilidad de penas de cárcel a quienes difundan “rumores” por internet, a largas condenas contra activistas que demandaban mayor transparencia del Gobierno, como las impuestas a integrantes del movimiento civil Nuevo Ciudadano.

Inmediatamente antes de la celebración del referéndum en Hong Kong el Gobierno central publicó un Libro Blanco sobre la excolonia que se interpretó como una advertencia. El territorio “tiene autonomía sobre los asuntos locales en la medida que se lo permite el poder central”, declaraba el documento.

El Libro Blanco tuvo el efecto contrario al que buscaba Pekín y espoleó la participación en un referéndum convocado por el movimiento civil Occupy Central y que había pasado hasta entonces sin mucha pena ni gloria. Una semana después, los hongkoneses se echaban además a la calle en la mayor marcha de la última década. Muchos declaraban que acudían para defender unos derechos que sentían amenazados. Según los organizadores, asistieron 510.000 personas, aunque un cálculo del periódico South China Morning Post rebajó dos días después esa cifra a cerca de 140.000.

Occupy Central amenaza con convocar sentadas en el distrito financiero de Hong Kong si el Gobierno no presenta una fórmula de sufragio universal que les parezca válida. Pekín ha advertido que sólo podrán presentarse como candidatos a las elecciones de 2017 aquellos que cuenten con su aprobación. Aunque por el momento no se ha fijado fecha para esas protestas, algunos simpatizantes del movimiento civil abogan por convocarlas para agosto o septiembre si para entonces el Gobierno central no ha respondido a sus reclamaciones.

Portugal se compromete a defender las libertades en Macao tras su devolución a China

JAVIER GARCÍA
Macao 20 DIC 1999
El presidente portugués, Jorge Sampaio, reafirmó ayer "ante la comunidad internacional" el empeño de las autoridades lusas en preservar los derechos y libertades alcanzados en Macao. Con la devolución del territorio al régimen de Pekín, Sampaio puso fin al imperio colonial portugués y a cerca de 450 años de presencia en China. Fue un día de orgullo y emoción para los portugueses, mientras la comunidad china celebraba su regreso a la madre patria. La secta Falun Gong aprovechó para denunciar su persecución por el régimen comunista y reclamó la liberación de más de 10.000 presos.

Durante una solemne ceremonia, el presidente portugués explicó que el territorio, ahora regido por un régimen especial siguiendo el modelo chino de "un país, dos sistemas", "gozará de un alto grado de autonomía, expresado en instituciones propias de poder ejecutivo y legislativo, y de un poder judicial, servido por tribunales independientes". "A través de este estatuto", añadió, "será el pueblo de Macao el que gobierne su propia tierra de forma libre y democrática", como decidieron China y Portugal. El presidente portugués afirmó con rotundidad que "Portugal continuará solidario con Macao, empeñado en su futuro y seguro de que, también aquí, la democracia y las libertades son una realidad insustituible".El día amaneció frío y nublado. Durante un desayuno con periodistas extranjeros, el presidente Sampaio reconoció que sentía "una mezcla de orgullo y emoción al ver pasar 450 años de historia frente a mí, pero también una sensación de confianza en el futuro". Afónico pero sin perder la energía, Sampaio insistió en que "los derechos cívicos y políticos están garantizados" y responsabilizó a las autoridades chinas y a los nuevos gobernantes del territorio sobre cualquier "retroceso" en el modelo negociado entre ambos países. Y explicó que el propio presidente chino, Jiang Zemin, la había ofrecido garantías personales sobre el futuro del enclave durante su visita a Lisboa.

Alrededor de las diez de la mañana (siete horas antes en la España peninsular), un grupo de treinta seguidores de la secta Falun Gong, prohibida en China pero autorizada en Macao y Hong Kong, se concentraron frente al hotel Lisboa para denunciar su persecución por el régimen comunista de Pekín y protestar por la expulsión de seis de sus compañeros de Macao, el pasado viernes. Los manifestantes, algunos con impermeables amarillos con la inscripción "verdad, benevolencia y perseverancia", reclamaron la liberación de más de 10.000 presos en China y la legalización de su movimiento, una secta de inspiración budista que busca la mejora espiritual por la meditación.

Durante algunos minutos, los agentes de policía observaron tranquilamente los acontecimientos, pero rápidamente recibieron órdenes de disolver al grupo. Cuatro de ellos fueron detenidos y otros tantos fueron trasladados a varias furgonetas policiales con destino desconocido. Un responsable de Falun Gong explicó que la secta sólo pretende el diálogo pacífico con las autoridades de Pekín y no persigue objetivos políticos. Un portavoz de Amnistía Internacional denunció ayer que este tipo de actitudes represivas "constituyen una flagrante violación de las leyes de Macao, dado que están consagrados la libertad de expresión y reunión, y establecen un grave precedente para la implantación del régimen especial en el territorio".

Dos horas después llegó al aeropuerto el presidente chino quien fue recibido por el último gobernador portugués, el general Rocha Vieira. Jiang saludó a los congregados en el aeropuerto y se trasladó a su hotel, de donde no salió hasta la hora de las ceremonias de transferencia. Era la primera vez que un jefe de Estado chino pisaba suelo macaense. El secretario general del Partido Comunista chino, de 73 años, llegó acompañado por el primer ministro, Zhu Rongji, ocho vicepresidentes de la Asamblea Popular, siete ministros y una amplia delegación del partido.

De madrugada, los servicios de seguridad habían tomado el territorio y el cierre del tráfico en algunas áreas céntricas de la ciudad provocó enormes atascos de circulación. A las 17.03, el general Rocha Vieira arrió la bandera portuguesa del palacio gubernamental, sin poder contener algunas lágrimas. Una multitud de periodistas, curiosos y turistas asistieron al simbólico acto. A la misma ahora fueron arriadas el resto de las banderas de los edificios oficiales, a excepción de una: la que esperó la orden del presidente Sampaio, segundos antes de la medianoche.

Los cerca de 2.500 invitados a la ceremonia participaron en recepciones, fuegos artificiales, espectáculos musicales y un sabroso banquete. Tras la ceremonia y los discursos de Sampaio y Zeming, el presidente portugués abandonó el territorio con destino a Timor Oriental. A la una de la madrugada tomó posesión de su cargo el nuevo gobernador de la región especial, el exbanquero Edmund Ho, nombrado por Pekín y quien se autodefine como "no comunista". Comenzó entonces la fiesta china.

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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de diciembre de 1999

Macao vuelve hoy a manos chinas luego de 442 años
Esta medianoche, Pekín recibirá la colonia portuguesa
DOMINGO 19 DE DICIEMBRE DE 1999

PEKIN.- El último enclave colonial europeo en Asia, que China recibirá hoy a la medianoche, luego de 442 años de ocupación portuguesa, no tendrá la importancia económica de Hong Kong, pero es todo un símbolo: Macao deja a la gran nación comunista ante su objetivo final, la reunificación con Taiwan.

Pekín, que despliega hace un año la cuenta regresiva en un gran reloj electrónico junto a la plaza Tiananmen y ha declarado el lunes 20 día de fiesta, no hará celebraciones públicas tan grandes como las que marcaron el retorno de Hong Kong a soberanía china en julio de 1997, pero está usando la devolución de Macao para afianzar su prestigio internacional y promover internamente su acariciada idea de la Gran Madre Patria.

Aunque Macao vivirá por los próximos 50 años bajo la misma fórmula de "un país, dos sistemas", las diferencias con la devolución británica de Hong Kong son obvias. Pese a disponer del cuarto ingreso per cápita de Asia (16 mil dólares), los 7000 millones de dólares del PBI de Macao son económicamente insignificantes comparados con los de su rico vecino del Delta de la Perla. Uno es un derroche de modernidad capitalista. El otro, pese a una reciente oleada edificadora, conserva su atmósfera de islote medieval y católico del Viejo Mundo, una pátina de decadencia romántica y el magnético prestigio de ser uno de los centros del juego, la prostitución y los gángsters de Asia.

Más notas para entender este tema
Una perla en la boca del dragón
Macao no tiene guarnición militar desde 1975; mañana al mediodía, cuando la comitiva portuguesa haya partido de la celebración, 1000 efectivos del Ejército Popular de Liberación llegarán para quedarse. Pekín ha dicho que pueden intervenir para preservar el orden, en una clara alusión a las tríadas, las mafias chinas que en los últimos tres años han protagonizado una espectacular oleada de asesinatos por encargo que condujo a una drástica caída del turismo, principal ingreso de Macao.

El nuevo líder

Edmund Ho Hao-wah será el nuevo jefe del gobierno de Macao, designado por un comité seleccionado en Pekín, es hombre de confianza: presidente de la asociación local de banqueros y hasta hace poco miembro del Comité Permanente del Legislativo chino.

Pekín planea un acto de 30.000 personas, cuidadosamente seleccionadas como es costumbre por estos lares comunistas, que asistirán a un espectáculo emitido en directo a todo el país desde la plaza Tiananmen. Al día siguiente habrá recepción oficial para 5000 invitados, y en la noche un acto de masas en un estadio con otros 10.000.

Unos 2500 invitados, muchos de ellos internacionales, asistirán en un escenario especialmente preparado al acto formal de entrega. Minutos después, en el vecino Palacio de las Artes, el nuevo gobierno jurará fidelidad a Pekín. También habrá una gran celebración cultural, un desfile y una fiesta masiva en la noche, oficialmente denominada "Quiere a Macao, quiere a China".

La mafia china 'limpia' su imagen ante la devolución de Macao
Las tríadas optan por la discreción ante la inminencia de la entrega, el 20 de diciembre
FREDERIC BOBIN
Pekín 14 DIC 1999
En Macao reina el orden. Portugal ha hecho bien las cosas antes de devolver este enclave a China, el 20 de diciembre. O mejor dicho, el desorden ha abandonado las calles. Se mata más que el año pasado, pero limpiamente, con arma blanca, en silencio, y al abrigo de las miradas. Ya no es el momento de las escenas de casi terrorismo urbano que inflamaron la ciudad en 1996-1997: coches bomba, el vestíbulo de un hotel regado de balas con un fusil de asalto M-16, asesinos en moto. El Chicago de Oriente: Macao estaba entonces en la primera página de la prensa mundial, con gran desesperación de las autoridades locales, que, con las cifras en la mano, aseguraban que el territorio era más seguro que Lisboa o Washington. Desde hace seis meses, las tríadas (la mafia china), ha restablecido las buenas maneras tradicionales.La Administración portuguesa quiere creer que su honor está a salvo. Se la ha denigrado mucho, se la ha acusado de laxitud e incompetencia. "Las tríadas tienen un viejo arraigo histórico y cultural", objeta Manuel Soares Monge, alto funcionario encargado de la seguridad, cuyo chófer personal fue asesinado. "Han desempeñado un papel importante en el patriotismo chino. También ha sido muy difícil para nosotros evaluar su verdadera nocividad". La "nocividad" de las tríadas quedó de manifiesto para los portugueses el 21 de noviembre de 1996. Aquel día, el teniente coronel Manuel Antonio Apollinario, inspector de policía encargado de la vigilancia de los casinos, sobrevivió de milagro a las balas de un asesino en moto. Este funcionario portugués fue el primer objetivo de rango tan alto.

Lisboa respondió declarando la guerra a los malhechores. Un endurecimiento policial general desembocó en la detención, 18 meses después, de Wan Kouk-koi, el cabeza de dragón (jefe supremo) de la más poderosa tríada, 14K, de Macao. Apodado Diente Roto (perdió nueve dientes en un combate de boxeo), Wan, de 45 años, no es sólo un jugador apasionado por los Rolex con incrustaciones de diamantes y los Lamborghini. Es, sobre todo, un autor. Es el guionista de su propia historia. Impregnado del universo novelesco de la industria del cine negro de Hong Kong, ha producido una película, Casino, en la que se le glorifica. En un desafío a la autoridad, al final del rodaje llegó a bloquear el puente que une Macao a la isla de Taipa, aunque no tenía autorización. El hombre estaba enamorado de su imagen, pero, ironías de la historia, fue arrestado en el legendario hotel Lisboa mientras veía su propia entrevista en televisión.

Diente Roto resume la extraordinaria ambivalencia del fenómeno de las tríadas, esas sociedades secretas que forman un todo con Macao. "Las ramificaciones son tan profundas que todo el mundo en Macao tiene por lo menos una conexión con las tríadas", explica el periodista local Luis Treves. El entorno mismo de Diente Roto es el producto de esas relaciones incestuosas. Su abogado portugués es el antiguo director de la prisión de Coloane. El actor que interpreta su personaje en Casino es hermano de un antiguo jefe de la policía antitríada de Hong Kong. Esta porosidad explica que las tríadas hayan podido prosperar durante tanto tiempo impunemente. Señalada por su incapacidad para limpiar los establos de Augias, la Administración portuguesa se ha repuesto recientemente. Empezó a sancionar a los policías corruptos. Treinta y siete fueron excluidos de la policía en 1997, y después, en 1998, otros 30. Estas cifras subrayan una voluntad de saneamiento. Y revelan la amplitud de la infiltración.

Lastrados por un pasivo semejante, los portugueses se han encontrado completamente desarmados frente a la explosión de violencia de 1996-1997. A posteriori, los expertos la consideran producto de cuatro fenómenos distintos. En primer lugar, la interrupción, hacia 1993-1994, del flujo de capitales especulativos procedentes de China, combinado con el principio de la crisis asiática, restringió brutalmente el pastel disponible. En segundo lugar, la cercanía de la devolución de Hong Kong a Pekín en 1997 condujo a las tríadas de la colonia británica a realizar un repliegue táctico sobre Macao, lo que inflamó las rivalidades. En tercero, la perspectiva de la revisión, en el 2001, de las modalidades del monopolio de los casinos, cuyo beneficiario es actualmente el magnate Stanley Ho, aviva los apetitos y lleva a todos a tomar posiciones. En fin, la aparición en el seno de las nuevas organizaciones criminales de una nueva generación de jefes de banda ha hecho saltar en pedazos las costumbres más arraigadas, de las cuales la primera es que la violencia debe ser discreta.

Naturalmente, el asunto es aún más complejo. Por parte portuguesa se rumorea que China ha desempeñado un papel inquietante. ¿Cooperó realmente, como proclamaba, para controlar la frontera que separa Macao de Zhuhai? ¿Por qué los asesinos la franqueaban con tanta facilidad? Algunos funcionarios portugueses opinan así que en esta época Pekín se cuidó mucho de ayudar a Lisboa para sacar un mayor beneficio político del regreso a la calma después de la devolución. "Antes los chinos no cooperaban, era un desastre", observa un funcionario. "Desde que se abordan los últimos preparativos para la devolución cooperan francamente. Y la situación se ha calmado. ¿No es extraño?".

© Le Monde

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de diciembre de 1999

3 de enero de 1997 EL MUNDO periodico
Macao, el otro Hong Kong

El enclave administrado por Portugal en la costa china enfrenta con más tranquilidad que la ex colonia británica su reintegración a la soberanía de Beijing

MARIAN HENS

Menospreciado por sus casinos, salones de masaje y locales de apuestas que atraen a un público sórdido, Macao, un enclave administrado por Portugal en la costa China, se ha acostumbrado a vivir a la sombra de Hong Kong, su próspero vecino en el delta del Río de las Perlas.

Como Hong-Kong, Macao es otra isla de liberalismo económico que se reintegrará a la soberanía china, en 1999, dos años después que la ex colonia británica. Y como ocurre al otro lado del estuario, a medida que se acerca la fecha, aumentan los interrogantes sobre su futuro bajo régimen comunista.

La fanfarria que rodea el traspaso de Hong Kong y las sonoras discrepancias entre los gobiernos chino y británico sobre su destino político, han dejado a Macao, como de costumbre, en un segundo plano.

TRANSICION MODELO.- Pero este territorio de 19 kilometros cuadrados está demostrando que puede enfrentarse a la devolución con menor miedo y rencor político hacia Beijing que el gigante hongkonés. El modelo Macao es, para muchos observadores, un patrón de la transición fluida y sin cismas que Hong Kong debería emular.

Según Edmund Ho, miembro de la asamblea legislativa local, «los residentes de Macao están más relajados sobre el cambio de administración porque la presencia de China es mucho mas fuerte en sus vidas que en la de los hongkoneses».

Los habitantes de Macao están acostumbrados a tratar con los negociantes chinos y cruzan a diario la frontera para beneficiarse de los bajos precios en Zhuahi, una de las zonas económicas especiales creadas por Pekín en la región de Guandong. (Hasta hace pocos años la mitad de la población de Hong Kong jamás había pisado suelo chino).

Beijing controla además el grueso del sistema bancario de Macao a través del poderoso Banco de China y es uno de los principales accionistas del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad.

A diferencia de Hong Kong, Macao apenas ha tenido refriegas con China sobre cuestiones electorales. Desde hace dos décadas, los residentes eligen a los miembros de su ejecutivo local -que está dominado por figuras favorables a Beijing- y cuentan con un tribunal supremo propio.

El acuerdo luso-chino de 1987 prevé que estas instituciones se mantendrán después del traspaso, y garantiza a los habitantes de Macao total libertad de movimientos y el derecho a disfrutar del mismo nivel de vida durante 50 años una vez que pasen a ser administrados por Beijing.

Hay otras razones que explican la flema del medio millón de ciudadanos de Macao ante el cambio que se avecina. Mientras Reino Unido negó la ciudadanía británica a tres millones de hongkoneses, Lisboa ha concedido pasaportes portugueses a gran parte de la población, lo que le da derecho a establecerse en Portugal o en cualquier otro lugar de la Unión Europea si las cosas se ponen feas después de 1999.

Así que este pequeño territorio bajo bandera lusa ha preferido esperar la transición con calma y concentrarse en atraer inversiones. Aprovechando que la actividad económica de la zona de Guandong se ha disparado en la última década, Macao ha puesto en marcha una moderna red de comunicaciones e infraestructuras y ha ganado terreno como foco inversor en Asia.

Las empresas españolas, entre otras, exploran Macao como primer paso para entrar en el gran mercado de la República China. Los impuestos son bajos, hay libertad de tráfico de mercancías y el idioma español es similar al portugués.

ORGULLO CHINO.- «Para nosotros, cuanto mas chinos sean estos territorios mejor» -señalaba Joan Dedeu, presidente de la Spanish Business Association- «porque justo detrás de sus frontera esta el mayor mercado del mundo». Visto el éxito económico de Macao bajo administración extranjera, un fracaso después de 1999 «dejaría mal» a Beijing. «La transición tiene que ser un éxito en interés del orgullo nacional de China», señalaba un representante local.

Más allá del orgullo patrio, los dirigentes comunistas está aprovechando el tirón capitalista de sus compatriotas emigrantes para impulsar el desarrollo económico y la modernización de la China continental.

El 80% de la inversión extranjera en China ha procedido en los últimos años de empresarios de origen chino afincados en Macao, Hong Kong, Taiwan y Singapur. A los burócratas de Beijing les interesa que las atracciones de Macao sigan funcionando.
MACAO: Retiro de Portugal pone fin a la presencia europea en Asia
Por IPS Correspondents
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por Mario de Quiroz

LISBOA, 27 dic 1996 (IPS) - Cuando el reloj de la catedral de Macao marque la medianoche del 19 de diciembre de 1999, la bandera de Portugal será arriada y en su lugar se izará la de China, lo que pondrá fin a cinco siglos de presencia europea en Asia.

Al igual que en Africa, los portugueses fueron los primeros europeos en llegar, pues Vasco da Gama arribó a India en 1498, y serán también los últimos en retirarse.

Luego de décadas de ausencia en los medios de comunicación portugueses, Macao fue durante 1996 el centro de crónicas cotidianas, ricas en pronósticos, análisis y aun chistes.

Los obreros porgueses especializados en la restauración de las típicas calles de Macao, cubiertas de pequeños cuadrados de piedra, son los protagonistas de la más reciente broma en el enclave.

"¿Por qué siempre hay tanta gente mirando la obra?", preguntan. "Porque los chinos nunca antes vieron portugueses trabajando", se contestan.

La prisa con que se implementan desde hace un año las obras para la apertura del aeropuerto y la restauración de calzadas y edificios de arquitectura luso-china son una muestra de que los portugueses desean dar la mejor imagen posible de Macao antes de que pase a dominio de Beijing.

En los tres años que faltan para la entrega del territorio, "Portugal intentará salir con dignidad de su última herencia colonial", que, paradójicamente, nunca fue colonia sino un "territorio chino bajo administración portuguesa", explicó el diario Noticias, de Lisboa, en una de sus últimas ediciones.

A pesar del normal desarrollo de las negociaciones iniciadas en 1990, la agenda del comité conjunto que considera los detalles del traspaso debe resolver definitivamente varios asuntos que tendrán consecuencias en la vida futura de la población local tras el cambio de banderas en 1999.

A la cabeza de esa lista figuran las cuestiones vinculadas a la nacionalidad y a los derechos humanos, de cuyos debates aún no ha salido humo blanco.

Del medio millón de habitantes apretujados en los 19 kilómetrtos cuadrados del enclave (63 veces más pequeño que la vecina colonia británica de Hong-Kong), 28 por ciento tiene ciudadanía portuguesa y 68 por ciento la nacionalidad china.

Apenas 140.000 personas son portadoras de pasaporte de Portugal. Una minoría que se estima en 9.000 personas utilizan la lengua portuguesa como propia.

Lisboa sostiene que, además de quienes nacieron en Macao y tienen ancestros portugueses, los chinos que cuentan con un bagaje cultural preponderentemente lusitano deberían tener la posibilidad de optar por la nacionalidad portuguesa después de diciembre de 1999.

Con relación a los derechos humanos, todavía no existe un acuerdo sobre el futuro de la población bajo la bandera de Beijing, a pesar de que Macao se insertará en China bajo la premisa de "un Estado, dos sistemas", similar al régimen que tendrá Hong Kong dentro de seis meses.

Los principales cuestionamientos proceden de la organización humanitaria Amnistía Internacional, que advirtió al gobierno de Portugal sobre la posibilidad de que China implante la pena de muerte dentro de tres años, aunque Beijing se expresó en sentido contrario.

El debate sobre nacionalidad y derechos humanos comenzó este año en el comité conjunto, pero analistas locales pronosticaron que solo después de junio de 1997, cuando los británicos entreguen Hong Kong, podrá haber respuestas de Beijing sobre estas cuestiones.

El gobernador de Macao, general Vasco de Rocha Vieira, expresó este mes en Lisboa que Portugal requerirá "mucha paciencia, determinación y firmeza" para abordar los asuntos pendientes.

Macao, según el gobernador, "es hoy una pieza singular" en el contexto mundial, por su "tolerancia, encuentro de culturas y convivencia de civilizaciones", lo que reducirá, en buena medida, los problemas que, en cambio, debieron enfrentar Londres y Beijing respecto de Hong Kong.

El primer ministro de China, Li Peng, dijo en Lisboa hace dos años que los occidentales que consideran que Macao es insignificante frente a Hong Kong cometen un "craso error".

Es cierto que el peso económico de Hong Kong es muy superior al de Macao, pero, "en términos políticos, no existe tal diferencia y, para nosotros, son importantes por igual", sostuvo Li Peng.

Las negociaciones que desarrollarán los portugueses durante los próximos tres años con China no serán ni lejanamente tan difíciles como las que se refirieron al complicado proceso de Hong Kong.

Los propios textos de enseñanza china describen con esmero la diferencia que manifestaron británicos y portugueses cuando se instalaron en sus costas.

Los portugueses, primeros europeos en llegar a estos territorios en 1557, recibieron de los mandarines de Cantón el permiso para fundar Macao y abrir la puertas de China al resto del mundo.

Casi 300 años mas tarde, y a apenas 70 kilómetros de distancia, los británicos fundaron Hong Kong, que desde entonces ha sido un clásico enclave colonial. El proceso que culminará con la entrega de este territorio a China dentro de seis meses ha sido marcado por sobresaltos.

La cesión a Portugal de la península y las dos islas que constituyen Macao no fue un acto de generosidad por parte de China, sino su manera de agradecer un servicio prestado y, a la vez, asegurar el futuro comercial del gigantesco país.

En esa época, la flota portuguesa de Oriente controlaba el Mar de China, tras eliminar de sus aguas a piratas malayos y chinos. La presencia disuasiva de los galeones lusitanos en la zona permitió a China activar el comercio con sus vecinos.

A través de Macao y, luego, de las colonias portuguesas fortificadas en los estrechos de Malaca y de Ormuz, de Mombasa (Kenia) y Ciudad del Cabo (en la actual Sudáfrica), la ruta marítima a Europa era controlada por Lisboa y las mercaderías chinas podrian acceder con facilidad a ese mercados.

Así nació el estatuto de "territorio chino bajo administración portuguesa", que, cuando sea devuelto, habrá regido durante 442 años sin que se registraran conflictos graves.

Eso sucedió porque, a pesar de que fue la primera potencia naval del mundo hace tres siglos, Portugal nunca aspiró a un dominio de tipo colonial.

Portugal "transportó los valores europeos, pero nunca intentó imponerlos por la fuerza". El régimen actual de Macao "parte de valores occidentales, pero asimila tambien datos de la cultura oriental", explicó el gobernador Rocha Vieira.

Lisboa deberá resistir en estos tres años la presión china para garantizar que los intereses ecónomicos portugueses en Macao, en especial el aeropuerto en construcción, serán salvaguardados hasta el 2050, coinciden analistas.

Lisboa pretende tambien seguridades para mantener la "lusitanidad" de Macao y, desde allí, apoyar iniciativas culturales en Timor Oriental (anexado por Indonesia), Goa, Diu y Damao (India) y Malaca (Malasia) donde el idioma portugués, ya moribundo en Asia, sobrevive aún a duras penas. (FIN/IPS/mdq/mj/ip/96


Macao, la otra cara de Hong Kong
El diminuto enclave portugués se prepara con optimismo para volver a China en 1999

GEORGINA HIGUERAS
Macao 19 OCT 1995
En Macao no ha habido traumas como en Hong Kong. El enclave portugués está tan aislado y es tan pequeño, 18,98 kilómetros cuadrados, que tradicionalmente ,se ha nutrido de China y la vuelta a la madre patria es vista con suma naturalidad. "Afortunadamente, no nos parecemos a Hong Kong en nada afirma Joáo Mira Gomes, asesor diplomático del gobernador de Macao.La principal diferencia es que China, siempre ha tenido la soberanía sobre Macao un territorio compuesto de la península de Macao y las islas de Taipa y Coloane- y Portugal, desde que sus barcos llegaron a estas costas en el siglo XVI, se ha limitado a administrar lo que no era más que un puerto que facilitaba el comercio. entre los dos paises. Nunca hubo una guerra, ni un tratado igual. Es más, después de la Revolución de los Claveles (el 25 de abril de 1974), el Gobierno de Lisboa ofreció a Pekín la devolución de. la colonia. La respuesta fúe que China no estaba preparada para ábsorber Macao y que prefería disfrutar de un tiempo antes de hacerse con el control del enclave.


"Tengo pasaporte portugués, al igual que toda mi familia, pero mosotros somos chinos y ésta es nuestra tierra. Cuando llegue 1999 seguiremos aquí haciendo lo mismo que ahora", afirma Heidi Ho, de 27 años y funciona ria del Gobierno local.

Macaco, que vivía adormecido en un rancio ambiente colonial del que sólo se despertaba los fi nes de semana cuando miles de hongkoneses. se trasladaban a su casino a jugar, ha experimentado en a última década un cambio radical. El impetu de la economía china y muy specialmente el de zona económica special de Zhulíai, contigua a Macao, hace fluir la colonia portuguesa normes cantidaes de dinero que an, agilizado su economía y con las que se han levantado cientos de torres, hasta tener un excedente de 30.000 apartamentos lo que ahora

Los macaenos se asoman al 20 de diciembre de 1999, fecha en que China recuperará definitivamente- la administración de Macao, con cierto optimismo. Por algo tienen, como dice la presidenta de la Asamblea, Anabelá Ritchie, "dos años para observar" -Elong Kong debe pasar asoberanía china, el 1 de julio de 1997.

Aquí, la Asamblea tiene poder para legislar y los diputados son elegidos por sufragio universal desde 1976. Bajo la fórmula inventada por Pekín de un país ,dos sistemas, China se ha comprometido a respetar después de 19.99 el. sistema democrático y pluripartidista macaeño, ya- que existía bastante antes de firmarse la declaración conjunta chino portuguesa sobre el futuro de Macao (abril de 1987). Ésta es la gran ventaja y el gran orgullo de Macao. Se han ahorrado toda la bronca entre Pekín y el gobernador británico de Hong Kong, Chris Patten. "Hemos acabado el Código Penal, que será publicado próximamente, y el Código de Proceso Penal, que en sus 550 articulos protege muchos derechos humanos, se entregará este mes", declara Ritchie.

Pero es en la cuestión legal donde puede haber algún proble ma'posterior con China. Para que durante' los 50 años del periodo de transición se respete el derecho portugués que permanecera en vigor, es necesario traducir al chino miles de leyes y normas e instruir a jueces y ábogados en éste, pero fuentes periodísticas portuguesas señalan que existe un -gran retraso".

Macao tiene 420.000 habitantes, dé los que el 97% son chinos. De éstos, el 70% tiene nacionalidad china, y el resto portuguesa, a la que acceden por él mero hecho de nacer en la- colonia, lo que no sucede en Hong Kong. Ritchie pertenece a la comunidad macaeña -unas 13.000 persoñas descendientes del mestizaje entre portugueses y chinos-y prefiere no pronunciarse sobre la norma impuesta por Pekín de que a partir de 1999 el presidente de la Asamblea ha de ser de nacionalidad china, lo que la descarta para- el puesto.

La declaración conjunta incluye, aunque de forma indirecta, la promesa de Pekín de respetar el juego. Macao tiene un presupuesto autónomo: ni Portugal recibe, ni Portugal le da, pero esto se consigue gracias a los pingües beneficios que genera el juego: algo más del 50% del total de los ingresos del Gobierno de Macao. "A nadie le interesa matar. la gallina de los huevos de oro", señala ' un funcionario portugues. La mayoría dela indirstriáde la -colonia ha'sido transferida a China y. el pequeño eúclave se dedica a casi en. exclusiva al sector servicios, que, en gran parte, Bira en tomo al juego. El multimillonario Stanley Ho, -própietario de los casinos,coritrola gran parte de la economía no sólo de Macao, sino también de Zhulíai, y una palabra suya puede retumbar enel mismo Comité Central del Partido Comunista Chino.

Stanley Ho, por -ejemplo, tie- ne el 35% de. las acciones de la fa bulosa obra de ingeniería que ha supuesto e, aerópuerto de Macao, enclavado en la isla de Taipa, y que entrará. en funciona miento el próxiniq'9 de noviembre. La pista de aterrizaje se ha construido en el mar con arenas traídas de China. ."Con este aeropuerto, Macao dejará de ser .un apéndice de Rong Kong y tendrá su propia autonomía", se ñala José Queiroz, presidente de Aviación Civil'de Macao.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de octubre de 1995

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