El victorioso pasado guerrero que explica por qué Suiza es neutral en los conflictos
Billie Cohen
BBC Travel
2 septiembre 2017
Una fortaleza en Suiza
Las almenas de Bellinzona, en la frontera con Italia, formaron parte importante de las luchas medievales por territorio.
Me encontraba en el sur de Suiza, saboreando una versión regional de risotto hecho con un vino merlot local, rodeado de vibrantes montañas verdes, en un pueblo de siglos de antigüedad, cuando uno de los dos comensales suizos con los que me encontraba me comentó algo que casi me quita el apetito: Suiza, baluarte mundial de neutralidad y la paz, comenzó como un país de mercenarios.
Ciertas cosas que había visto en mi viaje comenzaron a cobrar un nuevo sentido.
El día anterior, había visitado los famosos castillos de la vecina Bellinzona, que representaba en gran medida las luchas de la tierra medieval entre los milaneses, los franceses y la joven confederación suiza.
Estas ciudadelas de piedra, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, son un recordatorio de una larga historia de tribus, cantones y países que trataron de controlar Ticino, ciudad donde se habla italiano (razón por la cual estaba comiendo risotto).
Ticino era estratégicamente importante por su paso a los Alpes.
Los suizos tienen un largo historial militar. Que, definitivamente, no es neutral.
Aunque irónicamente, es la actual política antiguerra moderna lo que hace que los viajeros puedan ser testigos de esa historia de mercenarios.
Ciudades intactas
"Los efectos de la neutralidad están en todas partes", comenta Clive Church, profesor emérito de Estudios Europeos en la Universidad de Kent en Inglaterra y autor de varios libros sobre historia y política de Suiza.
Las montañas en Suiza
Ticino y el pasaje a los Alpes fueron estratégicamente importantes para la historia militar de Suiza.
"Dime", añade. "¿Dónde hay daños por bombas en Suiza?
La respuesta: en ninguna parte.
"Puedes ir a cualquier ciudad suiza y ver cómo ha crecido de forma orgánica porque nunca ha sufrido una invasión. Visualmente te beneficias de esa neutralidad porque todo su pasado está ahí".
Un paseo por estas ciudades propias de cuentos de hadas es suficiente para darse cuenta cuán acertado es Church.
Toda Berna, la capital suiza, es Patrimonio Mundial de la Humanidad por sus históricas galerías, edificios y fuentes de piedra arenisca y por su famoso reloj construido en 1530.
La neutralidad suiza siempre ha estado armada. Un día alguien podría invadir, por lo tanto tienes que tener un ejército para que puedas defender tu país"
Clive Church, académico
Al otro lado del país, Chur, la ciudad más antigua de Suiza, ha podido conservar sus ruinas romanas, mientras que en Bellinzona se puede caminar entre los tres castillos medievales o explorar las históricas aldeas de piedras.
Pero lo cierto es que en la época medieval los suizos eran muy buenos ganando guerras.
"Básicamente (el servicio mercenario) se debía a razones económicas", señala Laurent Goetschel, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Basilea y director del instituto de investigación Swisspeace.
"(La antigua confederación suiza) era muy pobre, no tenía infraestructura para la agricultura a gran escala y no tenía acceso a recursos coloniales ni salida al mar, así que la actividad mercenaria era sencillamente una fuente de ingresos".
Y los suizos eran unos ganadores confiables, por lo que esta actividad se mantuvo durante mucho tiempo como una buena fuente de recursos.
Hasta que perdieron.
Alcanzados por la tecnología
La hora les llegó en la batalla de Marignano en 1515, cuando los franceses y los venecianos llegaron con artillería y caballería blindada, mientras que los suizos trajeron picas y lanzas.
Lamentablemente, la tecnología los había superado.
"Después de esa derrota, se dieron cuenta de que, a su manera, eran buenos soldados, pero sus alabardas no lo eran tanto contra la artillería", dijo Church.
La política antibélica de Suiza ha permitido preservar sitios históricos como los de Chur, la ciudad más antigua del país.
"Y fue así como dejaron de involucrarse en los conflictos políticos más importantes de Europa", agrega el experto.
En cambio, prestaron sus servicios casi exclusivamente a Francia, lo que les ahorró el inconveniente de encontrarse con frecuencia en dos lados de una misma batalla.
"No era algo que ocurría todo el tiempo, pero cuando sucedía era extraordinariamente preocupante, lo que alentó a los movimientos por la neutralidad", agrega el experto.
Elegante solución
Durante este tiempo fue claro que los suizos habían peleado demasiadas batallas a favor de demasiadas partes como para tomar partido de forma segura, especialmente cuando todas las grandes potencias se querían quedar con Suiza debido a su estratégica ubicación como guardianes de los Alpes.
La capital suiza de Berna está salpicada de arcadas históricas, edificios de arenisca y fuentes.
Así que cuando el congreso de Viena se reunió en 1814-1815 para resolver la paz en Europa tras la guerra de la Revolución francesa (durante la cual los suizos fueron contratados como guardaespaldas de la monarquía francesa, incluyendo de su último rey Luis XVI) y las guerra napoleónicas (durante las cuales los franceses invadieron Suiza y terminaron con la antigua confederación), los Suizos impulsaron una elegante solución "ganar-ganar" para todo el continente: déjennos ser neutrales.
Esta validación fue clave.
Tal y como Goetschel señala, "la neutralidad sólo tiene sentido si las otras potencias la reconocen".
Desde entonces, Suiza ha sido el estado no partidista que todos conocemos ahora.
Así que cuando vayas a Ginebra, detente en la estatua de Charles Pictet de Rochemont para agradecerle por haber escrito la declaración de neutralidad que fue ratificada por el Congreso de Viena.
Y ya que estás ahí, dedícale una tarde al museo de la Cruz Roja, donde empezarás a entender el siguiente gran paso en la neutralidad suiza: su compromiso para la ayuda humanitaria.
Credibilidad puesta a prueba
Empezó en la década de 1860, cuando Henry Dunant, un negociante de Ginebra, hizo un viaje de negocios a Italia.
La sede de la Cruz Roja en Ginebra
El museo de la Cruz Roja en Ginebra documenta el compromiso de Suiza con la ayuda humanitaria.
Su intención era solucionar los problemas que había en la ruta comercial, pero cuando vio cuán horrible trataban a los soldados heridos en los sangrientos campos de batalla de Napoleón III, cambió de idea y creó la Cruz Roja.
En esa época las cosas iban bien para Suiza.
La creación de la Cruz Roja aumentó su credibilidad, condujo a la primera de las Convenciones de Ginebra en 1864, le ganó el primer Premio Nobel de la Paz -que se otorgó en 1901- y dotó al país con lo que Church describe como "una especie de poder blando" en Europa.
Pero llegaron la guerras mundiales y la reputación de este país fue puesta a prueba, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Suiza compró el oro judío a la Alemania nazi y se negó a ofrecer refugio a los judíos.
El olvidado papel que jugó Suiza salvando vidas en la Primera Guerra Mundial
"Desde el punto de visto suizo, la neutralidad fue un éxito en cuanto a que Suiza no se involucró en ninguna contienda", señala Goestchel.
"Pero ha habido muchos debates sobre si Suiza fue realmente neutral, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, aunque no se involucrara en actividades bélicas".
Ejército para qué
Esta pequeña división lleva a una de las cosas más confusas sobre Suiza para los forasteros: su ejército.
Si es tan neutral, ¿por qué necesita de un ejército?
Suiza, un país neutral armado hasta los dientes
"La neutralidad suiza siempre ha estado armada", aclara Church. "Un día alguien podría invadir, por lo tanto tienes que tener un ejército para que puedas defender tu país".
El Parlamento suizo
Para conocer más sobre la política en Suiza, los visitantes pueden acudir al Parlamento en Berna.
Esta misma lógica los llevó a construir una extensa red de refugios y hospitales subterráneos durante la Segunda Guerra Mundial, algunos de los cuales están abiertos al turismo hoy en día, incluyendo los de Vitsnau, Vallorbe y Sasso San Gottardo.
Y en cuanto a las actuales Fuerzas Armadas Suizas, es posible que te topes con ellas por todo el país.
Pero no tienes que depender de la suerte para observar los muchos fascinantes resultados de la moderna neutralidad suiza.
Cualquier persona puede recorrer el Parlamento en Berna; el Centro Internacional de Investigación CERN, una mitad del cual está en Suiza y la otra en Francia (una prueba de cómo la política ha conducido a los avances en la ciencia); y las oficinas de Naciones Unidas en Ginebra (aunque curiosamente Suiza sólo se convirtió en miembro de la ONU en 2002).
Pero también puedes sencillamente mantener tus sentidos abiertos cuando viajes a este país en busca de esos giros únicos de las culturas suizas, sus idiomas y comidas de un país que durante siglos se ha encontrado entre la paz y la guerra.
Neutralidad/Ejército
POLÍTICA
TEMAS: GUÍA DE SUIZA
ESTE CONTENIDO FUE PUBLICADO EL 2 DE DICIEMBRE DE 2016 16:0802 DE DICIEMBRE DE 2016 - 16:08
El principio de la neutralidad es un aspecto importante de la historia y la identidad suizas. Durante siglos la neutralidad contribuyó a mantener la Confederación unida y hasta hoy goza de un amplio respaldo en la población.
Suiza y neutralidad son sinónimos. El país no puede ingresar en alianzas militares si no es atacado. Sus Fuerzas Armadas pueden actuar únicamente en defensa propia y de la seguridad nacional. No debe tomar partido en conflictos internacionales ni permitir el paso de fuerzas extranjeras.
La neutralidad de Suiza significa neutralidad armada. Eso explica por qué ha tratado siempre de mantener su sistema defensivo en un nivel respetable y por qué la Constitución establece el servicio militar obligatorio para los hombres.
Tras el final de la Guerra Fría, la neutralidad dejó de ser imprescindible para las naciones pequeñas. La interdependencia del mundo moderno dificulta la aplicación de una neutralidad pura y ortodoxa.
Adhesión a la ONU
La autoimpuesta restricción de quedar al margen del mundo político produce un cambio de actitud con respecto a la neutralidad en Suiza. El país es miembro de Naciones Unidas desde el año 2002, aunque ya antes de serlo había tenido parte activa -durante décadas-, en las tareas de las agencias especializadas como son la UNESCO, OMS, FAO, OIT, UNICEF y otras.
Se necesitó una votación nacional y casi el 55 por ciento de sufragios a favor para adherirse al organismo mundial. Suiza es miembro del programa Asociación para la Paz de la OTAN, pero no tiene previsto unirse a la alianza militar porque ello comprometería su estatuto de neutralidad.
La entrada plena en las Naciones Unidas ha sido aplaudida como un gran paso adelante en el concierto de las naciones. En realidad, Suiza ya apoyaba continuamente los esfuerzos de paz desde la Segunda Guerra Mundial, aún sin sumarse a las fuerzas de paz de la ONU.
La entrada plena en las Naciones Unidas ha sido aplaudida como un gran paso adelante en el concierto de las naciones. En realidad, Suiza ya apoyaba continuamente los esfuerzos de paz desde la Segunda Guerra Mundial, aún sin sumarse a las fuerzas de paz de la ONU. Hoy, unos 30 suizosEnlace externo participan en operaciones de paz como observadores u oficiales del Estado Mayor en los siguientes países: 14 oficiales en Oriente Medio, 4 en la República Democrática del Congo, 2 en Sudán del Sur, 6 en Mali, 3 en Cachemira y 1 en el Sáhara Occidental.
El país ha participado en la supervisión de la tregua posterior a la Guerra de Corea y en la de Oriente Medio desde 1967. Hoy, cinco oficiales suizos y cinco suecos cumplen servicio en la Comisión de Supervisión de las Naciones Neutrales en Corea (CSNN) y están estacionadas en Panmunjom, justo al sur de la línea de demarcación norte-sur. Su misión principal es supervisar el armisticio, aunque desde 1995 solamente en la parte meridional de la frontera. Suiza ha enviado a observadores electorales a África y Europa Oriental. Una compañía de 220 soldados del ejército suizo (SwisscoyEnlace externo) está estacionada desde 1999 en Kosovo para apoyar a las fuerzas internacionales de paz en los Balcanes.
Suiza es uno de los primeros miembros del Consejo de EuropaEnlace externo y, más recientemente, de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCEEnlace externo), que en 2014 presidió el entonces presidente de Suiza, Didier Burkhalter.
Ejército suizo - sistema de milicia
El ejército helvético es en gran medida un ejército de milicias. Suiza impone el servicio militar obligatorio para los varones, aunque este deber - y en realidad, el papel del ejército en sí-, ha sido puesto en tela de juicio últimamente. Sin embargo, el paso por la ‘Escuela de Reclutas’ constituye un rito transmitido por generaciones a los jóvenes suizos.Después de la instrucción militar básica no deben olvidar lo aprendido, razón por la cual pasan algunas semanas por año en el ejército. Es frecuente ver en las ciudades y los pueblos suizos a jóvenes soldados en uniforme -a menudo con sus armas de servicio-, de manera que cuando hay maniobras no es raro escuchar disparos en la usualmente pacífica Suiza.
Los soldados llevan sus armas de servicio a casa. En los últimos años se ha desatado una polémica, a raíz de asesinatos o suicidios en los que se utilizaron armas de ordenanza. En febrero de 2011, los suizos rechazaron una iniciativa que pedía crear un registro nacional de armas, adoptar un sistema estricto de licencias, así como prohibir la adquisición de armas automáticas y la práctica de guardar el arma de ordenanza en casa. En 2015, las dos cámaras del Parlamento votaron en contra de una propuesta del Gobierno que contemplaba el registro cantonal de armas de fuego adquiridas antes de 2008. Las municiones, no obstante, deben guardarse por separado.
swissinfo.ch
Ahorran Costa Rica y Panamá por no tener ejército?
Redacción
BBC Mundo
2 junio 2015
Tropas en Panamá
Panamá no tiene ejército, pero mantiene fuerzas de seguridad especializada.
Panamá y Costa Rica se enorgullecen de la decisión que tomaron en momentos clave de su historia, de haber disuelto sus fuerzas militares.
Pero contrario a lo que podría pensarse, eso no quiere decir que esas naciones inviertan poco en seguridad.
Ambas naciones enfrentan amenazas serias, algunas veces provenientes del extranjero.
Panamá comparte una frontera con Colombia golpeada por la violencia.
Y Costa Rica busca evitar que el crimen organizado golpee a la sociedad como ha ocurrido con algunos de sus vecinos centroamericanos.
Por lo que, pese a la ausencia de fuerzas militares, están lejos de ser utopías pacifistas.
Y lo que han ahorrado en ejércitos, lo están invirtiendo en otros cuerpos de seguridad.
Civilismo
Costa Rica suprimió su ejército en 1949.
Las fuerzas militares panameñas fueron disueltas después de la invasión de EE.UU., en 1989, que derrocó el gobierno militar de Manuel Antonio Noriega.
La ausencia de un estamento militar es vista como una de las razones para la notoria estabilidad institucional civil de Costa Rica en las últimas décadas.
Y Panamá, sin Guardia Nacional, es hoy una nación pacífica y con el mayor crecimiento económico en América Latina.
Pero en concreto ¿cuál es el dividendo que reciben los países por no gastar en ejércitos?
Tropas en Panamá
Panamá y Costa Rica tienen inversiones grandes en seguridad.
Un informe del Banco Mundial publicado en su sitio web utilizando datos obtenidos por la ONG europea SIPRI, establece que en 2013, el año más reciente para el que hay información disponible, los países latinoamericanos con fuerzas militares dedicaron entre el 0,5% y el 3,4% de su Producto Interno Bruto a ese rubro.
Colombia, en medio de su conflicto armado, sigue siendo el país de la región que dedica a las fuerzas militares la mayor porción de su riqueza nacional, un 3,4% en 2013.
Los países centroamericanos, sin embargo, pueden ser un mejor punto de referencia para lo que pasa con Panamá y Costa Rica.
Guatemala solo gasta el 0,5% del PIB en el renglón militar.
En cuanto a las otros tres países con fuerzas militares en Centroamérica, Nicaragua les dedica un 0,8% del PIB, El Salvador un 1,1% y Honduras un 1,2%, asegura la información del Banco Mundial.
Haciendo un promedio simple entre las cuatro naciones centroamericanas, se encuentra que el gasto militar de los países de la región se aproxima al 0,9% del PIB.
Si se adoptara esa proporción del PIB como una medida del beneficio que le representa a Costa Rica no tener fuerzas militares, se encontraría que el ahorro alcanzaría alrededor de US$450 millones anuales.
En el caso panameño, ahorrarse el 0.9% del Producto Interno Bruto que en promedio los otros países centroamericanos dedican a sus fuerzas militares, le representaría cerca de US$400 millones anuales a ese país.
¿Discusión semántica?
Sin embargo, advierten algunos, la discusión es más compleja que eso.
Una de las principales dificultades a la hora de evaluar realmente el ahorro que tienen Panamá y Costa Rica por ese rubro es establecer qué compone el gasto en seguridad. Pues si bien esas naciones no tienen fuerzas militares como tales, eso no quiere decir que no mantengan algunos cuerpos oficiales de seguridad.
Panama
Panamá disolvio sus fuerzas militares hace más de 20 años.
Que no se llaman oficialmente "ejército", pero comparten algunas de sus características.
Por ejemplo en Panamá, los integrantes del cuerpo de seguridad fronteriza Senafront visten uniforme camuflado y portan armas largas, como lo requieren sus labores de patrullaje en la conflictiva frontera con Colombia, una región donde operan guerrillas, bandas y otros grupos irregulares armados hasta los dientes.
También en Costa Rica operan unidades pequeñas de estilo y entrenamiento militar.
Esos países "tienen instrumentos para hacer la función de una defensa de su territorio", asegura a BBC Mundo Joao Ramos, investigador de la ONG basada en Argentina, Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL).
En América Latina las barreras entre fuerzas policiales y militares no son tan claras como en otros países.
Así como las fuerzas policiales de Panamá y Costa Rica tienen algunos elementos cuasi-militares, varios de los mayores ejércitos de la región están orientados principalmente no a repeler una amenaza externa sino a tareas de seguridad interna.
Tareas que en otros países serían vistas, al menos en parte, como asuntos de policía.
Por lo que algunos creen que para hacer comparaciones en gasto de seguridad es más objetivo sumar cuánto invierten en policía y ejército.
Los que genera resultados distintos para el caso de Panamá y Costa Rica.
Los que más invierten
Un análisis de RESDAL, aseguraba en 2014 que precisamente esas dos naciones eran las centroamericanas que más invertían en seguridad.
De acuerdo al Atlas Comparativo de la Defensa en América Latina y el Caribe, publicado el año pasado por esa organización, Panamá invierte cerca de US$1.000 millones anuales en seguridad, una cifra superior al 2% de su PIB.
Tropas en Panamá
Panamá y Costa Rica enfrentan amenazas externas a la seguridad.
Según la periodista panameña Grisel Bethancourt, citada en otro reporte de la empresa consultora de seguridad Insight Crime, el presupuesto del Ministerio de Seguridad Pública a finales de 2014 era mayor que el de cualquier otra institución del estado panameño.
En Costa Rica el monto del gasto en seguridad, incluyendo policía es de cerca de US$900 millones, también aproximándose al 2% del PIB, asegura el informe de la RESDAL.
Otro estudio, esta vez por el londinense Instituto International de Estudios Estratégicos, IISS, ubica el gasto en defensa de Panamá y Costa Rica en un nivel más moderado, pero en cualquier caso, muy superior a sus vecinos. El IISS asegura que Costa Rica gastó US$600 millones y Panamá US$700 millones.
En comparación, asegura RESDAL, Nicaragua invierte una cifra que apenas llega a los US$107 millones, equivalentes al 1% del PIB.
Estos datos sugerirían que pese a no mantener una estructura militar clásica, tanto Panamá como Costa Rica tienen una fuerte inversión del gasto público en seguridad.
Y que el hecho de encuadrar esos cuerpos armados bajo el mando civil, en vez del militar, puede tener muchas ventajas.
Pero aparentemente, reducir el gasto en seguridad no es siempre una de ellas.
Un mundo sin ejército ¿es posible?
El 1 de diciembre de 1948 se celebra en Costa Rica el Día de la Abolición del Ejército. Esta nación centroamericana fue la primera en el mundo en prescindir de las fuerzas armadas.
Por Hemeroteca PL
1 de Diciembre de 2016 a las 12:00h
“La abolición del Ejército ha hecho posible que se destinen más recursos públicos al desarrollo del país, especialmente en materia de educación, salud y cultura, ha legitimado la vía electoral como único camino de acceso al poder, y ha impedido la formación de un grupo militar capaz de cobrar autonomía e intervenir directamente en el destino de una nación”, declaró, en una ocasión Óscar Arias, ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz (1987).
Como muchas disposiciones, la de no contar con ejército tiene sus aliados y sus detractores. Sin embargo, muchos países han sabido sobrevivir sin esa institución.
Por ejemplo, los costarricenses llevan más de 60 años sin fuerzas armadas; por eso, cada 1 de diciembre celebran el Día de la Abolición del Ejército, una jornada en la que dirigentes y ciudadanos se sienten orgullosos de ser conocidos en el mundo por ser el primer país que eliminó esa institución, durante el gobierno de José Figueres Ferrer, en 1948, tras una guerra interna, y con el fin de invertir más recursos en obras sociales, salud y educación, lo que causó que esta nación alcanzara un alto desarrollo humano.
Javier del Rey Morató, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en un artículo para la Fundación Safe Democracy contaba que uno de los aspectos que más le impresionó de este país fue, “a un costado de la catedral, un edificio de dos plantas, almenado. Hasta 1948 fue cuartel. Ahora es un instituto de enseñanza”, y añade que uno de logros de Costa Rica, motivo, en su opinión, de la falta de fuerzas armadas, es que “la tasa de alfabetización es de un 97.5 por ciento, la más alta de Centroamérica”.
Otra de las regiones latinoamericanas que no tienen milicia es Panamá. La abolió en 1990, después de la invasión estadounidense. Ricardo Arias Calderón, ex vicepresidente y autor del libro Democracia sin Ejército. La experiencia de Panamá, contaba en una entrevista que cuando en 1990 el Gobierno se planteaba eliminarlo, tras la invasión de EE. UU., muchos le decían: “No puede haber un Estado sin Ejército, y yo respondía: pero se mueve, como decía Galileo. Se mueve y es Costa Rica, y lo tenemos al lado. Si ellos pueden, nosotros podemos y hemos podido”.
El panameño, además, recalcaba que no hace falta tener fuerzas militares para defender su seguridad, porque, por ejemplo, en un hipotético caso de que la “frontera de Colombia se calentara, nosotros deberíamos estar dispuestos, primero, a pedir observadores internacionales, y luego, si es necesario, Cascos Azules”.
Algunos países firmaron acuerdos con otros para que los defendieran en caso de guerra. Así ocurre en el Principado de Andorra, cuya responsabilidad es de España y Francia, a partir de la firma de un tratado “de buena vecindad, amistad y cooperación”, en 1993.
En Mónaco, el compromiso recae sobre Francia, aunque es destacable que para el territorio nacional hay alrededor de 500 policías que se encargan de proteger a 32 mil habitantes.
El ejemplo de Islandia es curioso, ya que es el único país que pertenece a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, pero no tiene fuerzas armadas. Estados Unidos, con el cual firmó un acuerdo bilateral en 1951, aún vigente, es el que debe responder ante un acto bélico contra este país, a pesar de que abandonó la base militar de Keflavik en el 2006.
Por otra parte, solo una ínfima parte de los 679 policías de Islandia —una unidad de crisis llamada Los Vikingos— lleva armas. Ese país está orgulloso de ser uno de los más seguros del mundo, según varios estudios. Su índice de asesinatos anual es inferior a cinco, y la población carcelaria no alcanza los 120. A pesar de las ventajas que proporciona no tener ejército, aún estamos lejos de que se apueste de forma clara por la paz, como soñó hace décadas el mítico Gandhi.
De hecho, el gasto militar mundial sigue aumentando año con año. Según un reciente informe del Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo, en el 2008 este gasto creció el 4 por ciento y alcanzó la cifra récord de US$1 mil 464 billones, un 45 por ciento más que en 1999. Con tan solo la reducción de este presupuesto, proporcionaría a toda la población amplios beneficios sociales.
Según Economistas por la Paz y la Seguridad, “el gasto militar mundial en un año es mayor que lo que se necesita para cubrir los Objetivos del Desarrollo del Milenio en 11 años. Si se redujera cada año un 10 por ciento del gasto militar mundial, o un 20 por ciento del gasto militar de EE. UU, los Objetivos quedarían totalmente cubiertos”.
Otros Estados
En el Caribe existen varias islas sin ejército. En Haití fue disuelto en 1995, por el presidente Jean-Bertrand Aristide, y en la actualidad cuenta con una fuerza de paz de la ONU.
Otros países son defendidos por el Sistema de Seguridad Regional, como Granada, que no tiene ejército desde 1983, después de la invasión de EE. UU. Dominica tampoco tiene fuerzas armadas desde 1981, tras un intento de golpe de Estado, así como San Vicente y las Granadinas; San Cristóbal y Nevis y Santa Lucía.
La situación es parecida en Oceanía. A Kiribati le proporcionan defensa Nueva Zelanda y Australia.
Los Estados Federados de Micronesia, desde 1986, son defendidos por el Ejército de EE. UU. Según acuerdos informales, Nauru es protegido por Australia, mientras que de Samoa se ocupa Nueva Zelanda. En la Constitución de Palau, independiente desde 1994, excepto en el terreno militar, todavía a cargo de EE. UU., se prohíben las armas nucleares. Las Islas Marshall también son defendidas por EE. UU. Tampoco tienen Ejército las Islas Salomón, Vanuatu y Tuvalu.
En Europa, además de los señalados, está Liechtenstein, que aunque no tiene una fuerza propia, está muy interesado en la política de seguridad europea; el Vaticano, que es protegido por la Guardia Suiza y la ciudad-estado de San Marino.
En el Índico se encuentra también otra nación sin ejército: la República de Mauricio.
Se tiene la idea de que Suiza es un país neutro y pacifista; sin embargo, pese a que no ha sido atacado en más de 500 años, tiene uno de los ejércitos más grandes y más caros del mundo.
Suiza, un país neutral armado hasta los dientes
Jesús Serrano
BBC Mundo
11 febrero 2011
Luciente, perfectamente calibrado, descansa con cuidado el fusil de asalto en el armario. O quizás está escondido en una esquina polvorienta del desván. Pero ya sea que estén guardadas con orgullo o con indiferencia, las armas están muy presentes en la idiosincrasia suiza.
Y los suizos están llamados a las urnas el próximo domingo para votar sobre la iniciativa popular que cuestiona una vieja tradición: tener en casa el arma que el ejército les concede una vez acabado el servicio militar obligatorio.
Las armas suizas, sin embargo, no se quedan todas en casa.
Suiza exporta material bélico a más de 70 países en el mundo.
Los periodistas internacionales que están cubriendo las revueltas en Egipto han sido amenazados por el ejército nacional con fusiles suizos
Tobia Schnebli, activista del Grupo por una Suiza sin ejército (GSse)
Y el negocio de las armas generó en 2009 un hito histórico nacional de US$727 millones y dio más de 6.000 puestos de trabajo.
Pero Suiza es la sede de más de 250 ONG y organizaciones internacionales como la Cruz Roja. Y según el artículo 54 de su Constitución, la Confederación Helvética "asegura la convivencia pacífica de los pueblos y salvaguarda las bases naturales de la vida".
El país alpino es además conocido por tener más de 500 años de democracia y paz, y por su posición neutral en los últimos conflictos mundiales.
¿No encierra esto una gran contradicción?
Exportador bélico
Pierre Rusconi, presidente regional de la Unión Democrática de Centro (UDC), principal fuerza política del país, no cree que la exportación de armas ponga en tela de juicio la neutralidad y la vocación pacifista de Suiza, ni su rol de mediador eficaz en conflictos internacionales.
En Suiza existen cuatro grupos dedicados a la fabricación de material de guerra y armamento.
"Las fábricas de armas fueron creadas durante la II Guerra Mundial para permitir al país ser independiente militarmente", le dijo Rusconi a BBC Mundo.
"Y Suiza intentar evitar la venta (de armas) a países beligerantes", agregó.
Ese es, sin embargo, un asunto complicado: asegurarse de venderle armas a quienes no las van a usar.
"Los periodistas internacionales que están cubriendo las revueltas en Egipto han sido amenazados por tropas del ejército con fusiles suizos", afirma Tobia Schnebli, activista del Grupo por una Suiza sin ejército (GSse).
"Por desgracia el Consejo Federal es un siervo de la industria bélica, pues permite la exportación de armas a países en guerra. Esta actitud desacredita totalmente la neutralidad y la tradición humanitaria del país", le dijo Schnebli a BBC Mundo.
Los clientes de Suiza
Pero, ¿quién le compra armas a Suiza? Según información publicada por el Ministerio de Economía (DFE), la Confederación Helvética es proveedora de unas 74 naciones de los cinco continentes.
Exportación de armas - 2008/2009
Alemania: US$218 millones
Arabia Saudita: US$164 millones
Pakistán: US$125 millones
Fuente: Ministerio de Economía suizo
El principal cliente de 2009 fue Alemania, que importó armas por US$138 millones, luego de haber comprado US$80 millones en 2008. Le sigue Arabia Saudita, con importaciones por US$131 millones; Dinamarca, con US$77 millones en 2009 y US$80 millones en 2008; y el Reino Unido, con US$70 millones.
Estados Unidos (US$36 millones) y Chile (US$15 millones) encabezan la lista en el continente americano en 2009; pero Brasil, Chile, Argentina, Panamá y Ecuador también son consumidores a baja escala.
Asia también es un continente rentable para Suiza. Pakistán encabeza una lista -con US$110 millones en 2008 y US$15 millones en 2009-, que incluye también a Malasia (US$14 millones), Corea del Sur y Singapur, con alrededor de US$5 millones cada una.
Pero además, la industria armamentística suiza ejerce un papel importante dentro del propio país.
Ejército suizo
La iniciativa popular propone reducir drásticamente el número de armas en manos de los ciudadanos suizos.
Para Tobia Schenbli, Suiza "es una nación neutral pero no pacifista" y a su vez añade: "paradójicamente, el gasto nacional en Defensa sumará US$7 millones".
Y, según cifras del Ministerio de Defensa, la armada helvética cerró el 2009 con un arsenal de 134.200 elementos.
Estos datos ofrecen una fácil lectura dentro de su contexto. En Suiza, existe un elemento de la armada por cada 58 habitantes. En Estados Unidos, potencia bélica, la proporción es de uno por cada 300 personas.
Pierre Rusconi defiende "la industria del armamento pues una parte de la producción es para 'casa' y todo el resto es exportado, con el objetivo de evitar la venta en zonas de conflicto".
Tradición nacional
Suiza es uno de los países con la más alta proporción de armas de fuego en mano de ciudadanos civiles, superando los dos millones y medio. Una cifra elevada si se considera la población asciende a 7,7 millones de habitantes.
Según cifras de 2007 del Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra, mientras en EE.UU. existen 90 armas de fuego por cada 100 habitantes, en Suiza la proporción es de 46 por cada 100, separados a la cabeza de la tabla mundial sólo por Yemen (61) y Finlandia (56).
"Fusiles y pistolas están muy arraigadas en la tradición helvética", afirma Rusconi. Pero para el activista Schnebli "la vieja idea de que el suizo para ser ciudadano tiene que ser a su vez soldado" es anacrónica.
A pesar de la amplia difusión de armas, Suiza no tiene una gran tasa de criminalidad. Sin embargo, el país alpino está a la cabeza por el número de suicidios con armas de fuego en Europa. Según la Oficina Federal de estadística, en el 2009, el 30% de los suicidios se realizaron con un disparo.
La iniciativa popular del próximo domingo pretende reducir los suicidios y homicidios, según sus defensores.
Una promesa que no puede ser mantenida, replican los opositores, además de que eliminaría una de las tradiciones más arraigadas en la cultura helvética: la posesión de armas.
Se abolió en 1948
¿Necesita Ejército Costa Rica?
Carlos Arguedas (C), un veterano ex combatiente, está en el edificio de la Reserva. | H. EstepaCarlos Arguedas (C), un veterano ex combatiente, está en el edificio de la Reserva. | H. Estepa
La Policía tiene que estar preparada para realizar cualquier tipo de labor
Desde la protección civil hasta la defensa nacional o el narcotráfico
El narcotráfico se ha hecho fuerte en la costa caribeña de la región
Según Carlos Arguedas, un veterano ex combatiente, ya no hay autoridad
'Se ha perdido el respeto, sería necesaria la vuelta del Ejército'
Héctor Estepa | San José
Actualizado martes 14/06/2011 10:50 horas
"En Costa Rica se ha perdido el respeto a la autoridad, por eso sería necesaria la vuelta del Ejército". Así razona Carlos Arguedas, un veterano ex combatiente costarricense que supera las ocho décadas de vida.
Trabaja como voluntario en la reserva de la Policía. Aún con una vitalidad encomiable, a pesar de los años que se reflejan en su rostro, defiende con firmeza su posición: "la autoridad no ha de pedir favores, tiene que dar órdenes, y los jóvenes de este país no respetan las órdenes de la Policía", denuncia.
Costa Rica es un país singular. Abolió sus Fuerzas Armadas en 1948, tras la revolución del presidente José Figueres Ferrer, uno de sus héroes nacionales. Durante más de seis décadas, la Policía ha sido la única garante de la seguridad de sus ciudadanos. Sin embargo, están surgiendo voces que critican esa política.
Muchas de ellas han sido espoleadas tras el reciente conflicto fronterizo con Nicaragua. "La Haya y la OEA tratan únicamente de representar a los estados que más les conviene y un país pequeño como el de nosotros no les interesa, por eso necesitaríamos actuar a través de la fuerza, del servicio militar del país", asegura Arguedas.
"La Policía es para la vigilancia y el orden interno, pero internacionalmente necesitas una institución que se respete y todo país donde hay militarismo se respeta", defiende el ex combatiente. Se queja especialmente de la gran dilación de la Corte Internacional de Justicia para resolver el conflicto entre los países vecinos.
También critica la debilidad del cuerpo civil: "En este momento la Policía está muy poco valorada. Los bulevares son invadidos por muchachos que vienen aquí infiltrados a hacer otros trabajos pero se quedan con las calles. Si la policía actúa se lían a tomatazos y les escupen en la cara. Tienen que ser más drásticos", denuncia el veterano de la guerra del 48. Eso, a pesar de que Costa Rica es el país más seguro del istmo.
Este reservista es una de las caras de un sector de la sociedad costarricense que reclama la vuelta del militarismo sesenta años después de su disolución. La inseguridad, el aumento del crimen y los conflictos externos les han llevado a tomar esa postura, por ahora minoritaria.
Los tanques no dan de comer
La reserva donde trabaja Arguedas colinda con una estación de Policía. Ambos cuerpos comparten comedor. Unos cuarenta oficiales, la mayoría muy jóvenes, almuerzan allí cada día. Hacen turnos de semana para poder juntar días de vacaciones. Trabajan siete jornadas al sol, y siete de noche.
Cuando se les pregunta por qué decidieron convertirse en agentes, muchos se encogen de hombros. "Por tener un trabajo, la situación económica está mala ahora en Costa Rica", responde una agente que lleva tan sólo dos años en el cuerpo. Otro chico, al que le toca cocina, asiente con la cabeza. Hay, por otro lado, quienes siempre soñaron con serlo.
Precisamente la delicada economía centroamericana es el mayor argumento costarricense en defensa de la abolición del Ejército: "Lo que otros países gastaban en armas y tanques, nosotros lo hacíamos en educación y en salud", asegura el comisario Randall Picado, sub director de la Fuerza Pública y ex director de la Escuela Nacional de Policía.
Este alto rango es un apasionado del cuerpo. Como antiguo responsable del adiestramiento de los agentes, conoce las diferentes disciplinas en que se instruyen. En un país como Costa Rica, donde no existe Ejército, deben estar preparados para ejercer labores tanto de protección civil como de defensa nacional o narcotráfico.
"Por ejemplo, la policía de frontera requiere formación en el uso de armamento especializado y de supervivencia en la montaña", admite Picado. Una de las críticas más sonadas desde el otro lado del Río San Juan es que la policía costarricense es un ejército 'de facto'.
El comisario lo niega: "Decir eso cuando lo más que tenemos es un M16 es una gran mentira, nosotros no tenemos morteros, aviones o helicópteros de guerra", puntualiza.
Otra gran polémica fue la llegada, en 2010, de militares estadounidenses para prestar ayuda a la seguridad pública. Se llegó a decir que suponía una cesión de soberanía. El comisario da una versión diferente: "Si no hubiese sido por sus helicópteros en el terremoto de Chinchona este país no hubiera respondido porque nosotros sólo tenemos uno y está estropeado", asegura.
Su versión es que llegaron en calidad de colaboradores sociales. Una muy diferente tiene cierto sector de la prensa y, por supuesto, parte de la opinión pública del vecino del norte. Sin embargo, Picado le resta importancia: "Es importante la cooperación internacional no sólo de EEUU sino de Colombia, Venezuela o Nicaragua para luchar contra el narcotráfico", explica.
Ese es el mayor reto que tiene que afrontar la diversificada policía costarricense. El narco se ha hecho fuerte en la costa Caribe de la región. Es un desafío contra el que los distintos países centroamericanos están comenzando a unir fuerzas. Costa Rica lo hará sin ejército, pero con un cuerpo que está preparándose específicamente para ello.
Por qué Haití pasó 22 años sin ejército y ahora está creando uno nuevo?
Redacción
BBC Mundo
24 julio 2017
Cascos azules de Brasil en Haití.
Brasil comanda la misión de los Cascos Azules de Naciones Unidas en Haití desde su establecimiento en 2004.
Era 1991 y Haití acababa de elegir democráticamente a su primer presidente, Jean-Bertrand Aristide. Sin embargo, pese a su histórica victoria, no duró en el poder ni 7 meses.
Como había sucedido en el pasado, el Ejército derrocó a Aristide e instauró un gobierno militar.
Por eso, cuando en 1994 recuperó el poder gracias a una fuerte presión internacional y a la ayuda militar sobre todo de Estados Unidos, Aristide tomó una decisión radical: eliminar a las Fuerzas Armadas.
Luego de 22 años, esta semana el gobierno de Haití abrió el registro a hombres y mujeres de 18 a 25 años que deseen formar parte del nuevo ejército del país.
Según informó el Ministerio de Defensa en su página oficial, el llamado busca "recuperar" la "soberanía nacional".
¿Por qué Haití es tan vulnerable a los desastres?
La función de las nuevas Fuerzas Armadas será patrullar los mares y la frontera con República Dominicana -país con el cual comparte la isla La Española- para evitar el contrabando, además de ayudar a lidiar con los desastres naturales, dijo el ministro de Defensa de Haití, Herve Denis, a la agencia Reuters.
BBC Mundo solicitó declaraciones oficiales a la cartera, pero no recibió respuesta.
¿Por qué Haití decidió abandonar la lista de países sin Ejército, integrada por una escasa veintena de naciones?
Hombres haciendo fila para anotarse en el registro para ingresar al ejército en Haití.
Hombres y mujeres de entre 18 y 25 años hicieron largas filas para inscribirse como reclutas en el nuevo Ejército.
La partida de los cascos azules
Las nuevas Fuerzas Armadas contarán con 500 reclutas, un número muy reducido si se tiene en cuenta que el país tiene casi 11 millones de habitantes y cuenta solo con 15.000 agentes de policía.
Desde hace 13 años en Haití hay una misión de Naciones Unidas (ONU), con más de 2.300 Cascos Azules.
El "fracaso" de las organizaciones de ayuda humanitaria en Haití
Sin embargo, ese número se encuentra en descenso. En abril el Consejo de Seguridad de la ONU acordó el retiro gradual de sus fuerzas de seguridad, dejando sólo una pequeña presencia a partir de octubre.
Mujer con bebé sentada sobre las ruinas de lo que era su casa antes del terremoto de 2010 en Haití.
En enero de 2010 un devastador terremoto mató a más de 200.000 personas.
La partida de los Cascos Azules hizo resurgir el debate de si Haití debería o no volver a tener un ejército.
Más seguridad y trabajo
"No lo veo como un ejército. Para mí es más una defensa que una fuerza de seguridad", dijo Herve Denis en una reciente visita a Estados Unidos, según informó el diario estadounidense The Miami Herald.
Tanto Denis como el presidente de Haití, Jovenel Moïse, han destacado en sucesivas oportunidades que el restablecimiento de las Fuerzas Armadas es un derecho constitucional de Haití, ya que ni Aristide ni los sucesivos gobiernos incluyeron su desmantelamiento en la Carta Magna del país.
Jovenel Moïse, "el hombre banana" que será presidente del país más pobre de América tras tener que ganar dos veces las elecciones para ser declarado vencedor
"Tenemos fronteras que no están controladas. Tenemos inseguridad y desempleo en el país", afirmó Whitman Francisque, un potencial recluta de 25 años, a Reuters. "Quiero traer orden al país", agregó.
El presidente de Haití, Jovenel Moise
Jovenel Moïse, de 49 años, asumió la presidencia de Haití en febrero de este año, luego de un conflictivo proceso electoral.
El proceso de registro debía concluir el pasado viernes, pero debido a que centenares de jóvenes continuaban en fila para intentar inscribirse, el Ministerio de Defensa decidió extenderlo hasta este martes.
"El ejército que construimos hoy va a ser un ejército profesional que protegerá nuestro futuro, si el Estado se lo toma en serio", dijo el aspirante a militar John Felix, de 25 años, a Reuters.
Pero no todos comparten su visión.
El más pobre de América
Brian Concannon, director ejecutivo del Instituto por la Justicia y Democracia en Haití, una organización sin fines de lucro con sede en EE.UU., dijo a BBC Mundo que la histórica medida presenta "tres problemas".
"El primero es que el Ejército de Haití nunca defendió al país de una amenaza exterior", afirmó el abogado. "En cambio, tiene una larga historia interfiriendo en la política y reprimiendo brutalmente a civiles".
Una niña es levantada en brazos en medio de una multitud de gente en Haití.
Más del 60% de las personas que viven en Haití sobreviven con menos de US$2 al día, según Naciones Unidas.
El segundo problema, agregó, es el gasto que implica en un país que "no puede brindar servicios básicos a su gente, como educación".
Haití, el país más pobre de América, todavía se recupera del devastador terremoto de 2010 y del paso del huracán Matthew en 2016.
Desesperación en Haití tras el huracán Matthew: saquean camiones con ayuda
Mantener un ejército, aseguró Concannon, puede requerir hasta un tercio del presupuesto gubernamental. En su opinión, es mejor seguir invirtiendo en las fuerzas policiales antes que crear toda una nueva institución.
Según The Miami Herald, Herve Denis aseguró que el financiamiento derivará de la lucha contra el contrabando, una actividad ilegal que llega desde la frontera con República Dominicana y genera pérdidas de entre US$200 y US$500 millones anuales al país.
Puesto fronterizo entre República Dominicana y Haití.
Asegurar la frontera de Haití con República Dominicana será una de las funciones de las nuevas Fuerzas Armadas.
Para Concannon, el tercer problema es que en tiempos en que el gobierno "está atacando a la sociedad civil en una amplia gama de áreas y reduciendo la transparencia gubernamental", es "muy preocupante revivir al ejército".
Moïse, quien asumió la presidencia en febrero sin experiencia política previa, es el sucesor del exmandatario Michel Martelly.
Sucesivos escándalos salpicaron a miembros de su círculo de confianza, personas acusadas de narcotráfico, secuestro y delitos contra los derechos humanos consiguieron evadir la cárcel.
Historia violenta
El ejército de Haití está acusado de algunos de los peores crímenes en la historia del país.
Hombre anotándose en el registro para ingresar al ejército en Haití.
Debido a la alta demanda, el Ministerio de Defensa decidió extender el plazo de inscripción para el nuevo ejército, informó.
En los años 50, François "Papa Doc" Duvalier fundó una dinastía que duró 29 años gracias a los Tonton Macoutes, una temida milicia privada conocida por su brutalidad.
Grupos de derechos humanos estiman que durante su gobierno y el de su hijo, Jean Claude "Baby Doc" Duvalier, murieron entre 20.000 y 30.000 personas a consecuencia de la represión.
Y cuando "Baby Doc" se vio forzado a abandonar el país en 1986, el alto mando del ejército, famoso por sus tácticas represivas, se mantuvo en el cargo.
Luego de que Aristide fue derrocado en 1991 por el ejército, fuerzas militares y paramilitares cometieron incontables atrocidades y mataron a unas 4.000 personas.
Fue en ese contexto que, tres años después, Aristide regresó al poder y eliminó las Fuerzas Armadas.
Seguridad de Costa Rica con más presupuesto que los ejércitos de América Central
Por EFE - 27 Abril, 2017 - EnNacionales 10
Por Miguel Ángel del Hoyo, San José, 27 abr (EFE).- El mito pacifista del país que abolió el Ejército, como es el caso de Costa Rica, se puede cuestionar desde el punto de vista de sus propias fuerzas de seguridad que tienen más presupuesto que la suma del de los ejércitos de la región centroamericana.
Costa Rica dedicó 950 millones de dólares a la Seguridad Nacional durante 2016, que están conformadas por 14.497 efectivos (2,7 agentes por cada mil habitantes), según datos del Atlas Comparativo de la Defensa de América Latina y el Caribe (ACDAL), lo que supone un incremento del 159% en el periodo 2008-2016, cuando el aumento del presupuesto del Estado fue del 126% y el del PIB del 91%.
Estos datos señalan que Costa Rica gasta más en seguridad que la suma del resto de los países centroamericanos con ejército: más de 800 millones de dólares entre Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. Panamá, que tampoco tiene ejército, supera en este tipo de gasto a Costa Rica y alcanzó los 1.279 millones de dólares.
Si nos centramos en los presupuestos para la seguridad ciudadana, en números redondos y según los respectivos presupuestos, Nicaragua invertirá este años 95 millones de dólares, Guatemala 98, El Salvador 434 y Honduras 604 millones de dólares.
Por lo tanto Costa Rica y Panamá son los países de Centroamérica que más invierten en su seguridad nacional, aunque hay que advertir que Costa Rica incluye en su presupuesto algunos gastos del departamento de Justicia y Panamá no.
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, cifró en el 8% del PIB, lo que el país se ahorra en gastos militares “por no gastar en Ejército podemos invertir hasta el 8% del PIB en Educación y aún más en Salud”, dijo recientemente a los medios de comunicación.
Si el PIB de Costa Rica a 2016 y según el Banco Mundial asciende a casi 55 mil millones de dólares, el 8% de esa cantidad son 4.400 millones de dólares, en cifras redondas.
Las comparaciones son peligrosas ya que en muchos países el ejército realiza labores de seguridad ciudadana pero… en los países sin ejército como Costa Rica ¿los agentes de seguridad podrían ejercer labores de militares?
Entre las atribuciones a la Fuerza Pública costarricense figura asegurar el ejercicio de las garantías constitucionales, la protección del orden constitucional, la seguridad ciudadana, la soberanía nacional y la integridad territorial, según la Ley General de Policía.
Estas labores se realizan fundamentalmente contra el tráfico de drogas y el crimen organizado.
Sobre lo que se denomina “asistencia militar y policial de Estados Unidos” a diversos países centroamericanos, Costa Rica recibió un total de 17 millones de dólares en el periodo 2004-2014, mientras que Panamá recibió 47, Guatemala 132, El Salvador 56, Honduras 42, y Nicaragua 26, según el Informe del Estado de la Región del Consejo Nacional de Rectores de las Universidades Públicas de Costa Rica (Conare).
Hay que tener en cuenta que el país norteamericano libró un total de 410 millones de dólares para temas regionales y que no se especifica qué cantidad se invirtió en cada país centroamericano.
Curiosamente, y según la misma fuente, Costa Rica compró armas a Estados Unidos en ese periodo de tiempo por un total de 142,6 millones de dólares, cantidad solo superada por Honduras, que invirtió 1.518,6 millones de dólares, y por encima de Panamá, que libró 132 millones de dólares.
Si comparamos los 14.497 agentes de Costa Rica con el número de soldados de los países centroamericanos, observamos que los costarricenses se mantienen en un plano medio bajo.
Así, El Salvador cuenta con 24.799 soldados, el más alto de la región, y el ejército de Nicaragua reconoce 10.358 efectivos, el más bajo de Centroamérica.
El Ejército en Costa Rica se abolió el primero de diciembre de 1948 por la Junta de Gobierno presidida por José Figueres Ferrer, quien gobernó durante 18 meses. Figueres simbolizó la desaparición del ejército golpeando con un mazo un muro del cuartel de Bellavista.
Hoy, ante la posibilidad de recibir un ataque externo, Costa Rica se atiene a dos instrumentos jurídicos multilaterales: el primero, los artículos 27 y 28 de la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA): “toda agresión de un Estado a un Estado Americano (…) será considerada como un acto de agresión contra los demás Estados Americanos”.
En segundo lugar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), aprobado en Río de Janeiro (Brasil) el dos de septiembre de 1947, que fue suscrito para regular “la legítima defensa y la seguridad colectiva regional”, según su introducción.
Eduardo Nassar, presidente de la asociación para el estudio de la historia de Costa Rica, “Tertulia del 56”, dijo a Efe que “creer en ese eterno sentir pacifista del ser costarricense es una falacia inventada que se puede llamar nuestro gran mito del siglo XX”.
Para Nassar el pacifismo no originó el desarme de Costa Rica, fueron, fundamentalmente, motivos de estrategia personal y política “la desaparición del ejército fue una excusa, una pincelada doméstica de Figueres para no cumplir algunos compromisos y apartar algunos oficiales que le eran incómodos”. EFE
Países sin ejércitos
La contrarreforma constitucional orteguista y la reforma del Código Militar, que de alguna manera significan un retroceso institucional de la fuerza armada nacional, han motivado que algunas o muchas personas vuelvan a reflexionar acerca de que si realmente es necesario que Nicaragua tenga un Ejército, o mejor sería abolirlo.
Webmaster La Prensa 10/02/2014
La contrarreforma constitucional orteguista y la reforma del Código Militar, que de alguna manera significan un retroceso institucional de la fuerza armada nacional, han motivado que algunas o muchas personas vuelvan a reflexionar acerca de que si realmente es necesario que Nicaragua tenga un Ejército, o mejor sería abolirlo.
No son muchos los países que no tienen ejércitos. Apenas 25 en todo el mundo, nueve de ellos en América Latina y las Antillas: Costa Rica, Panamá, Haití, Barbados, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
En Europa solo Islandia y los minúsculos estados de Andorra, Ciudad del Vaticano, Liechtenstein, Mónaco y San Marino, no tienen ejércitos ni dan ninguna muestra de quererlos ni necesitarlos.
En cambio todos los países de Asia poseen ejércitos, lo mismo que los de África, de manera que los otros 11 estados que no los tienen son pequeñas islas enclavadas sobre todo en el Pacífico Sur.
En Nicaragua, a raíz de la derrota electoral del FSLN y Daniel Ortega en las elecciones del 25 de febrero de 1990, y después de la instalación del gobierno democrático de la UNO y doña Violeta Barrios de Chamorro el 25 de abril del mismo año, muchos ciudadanos propusieron que se debía aprovechar aquella oportunidad para disolver el Ejército, que en ese entonces tenía el apelativo de Popular Sandinista y era un instrumento armado del FSLN.
Con ese propósito se organizó el Movimiento Civilista, encabezado por el doctor Francisco Mayorga Balladares, alto funcionario del gobierno de doña Violeta y ahora destacado miembro y partidario del régimen de Daniel Ortega. La convicción motivadora de aquel movimiento abolicionista de la fuerza armada, era que a lo largo de la historia nacional los ejércitos solo habían servido para derramar sangre nicaragüense e imponer y sostener a oprobiosas dictaduras, incluso en nombre de supuestas revoluciones libertadoras. Lo cual, dicho sea de paso, era y sigue siendo una verdad histórica incontrovertible.
Sin embargo, en aquel entonces no habían condiciones para que el Movimiento Civilista pudiera tener éxito, primero porque el Ejército Popular Sandinista no había sido derrotado militarmente en la guerra; y en segundo lugar porque el FSLN y Daniel Ortega entregaron el Gobierno a la UNO y doña Violeta, pero no cedieron el poder y mucho menos el militar ni el de seguridad del Estado, que se mimetizó en el Ejército y la Policía. Lo único posible en aquellas circunstancias era reducir el Ejército, obligarlo a que se profesionalizara y despartidarizara, comenzando por quitarse el nombre de sandinista y adoptar el de Ejército de Nicaragua.
Sin duda que si el proceso democrático de Nicaragua no se hubiera frustrado, en enero de 2007, al recuperar el poder Daniel Ortega y el FSLN, el Ejército hubiera podido seguir evolucionando, perfeccionándose como institución militar digna de una democracia cívica y republicana. Pero ahora, bajo la nueva dictadura de Ortega y la involución del Ejército, es inútil demandar su abolición, lo cual no le quita el derecho a las personas democráticas, cívicas y pacifistas de Nicaragua que quieran levantar la bandera del Movimiento Civilista.
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Miércoles 10 de noviembre, 1999
OTROS TIEMPOS.
En la pasada década, los militares fueron un grupo con un poder superior al Gobierno Central. A finales de los noventas, se encuentran al servicio del poder civil, según el PNUD.
Cuatro veces menor al de hace 10 años
Istmo baja gasto militar
• Nicaragua y Honduras, los más exitosos
EFE.
Madrid. El presupuesto del gasto militar de Centroamérica se redujo de $1.248 millones (¢367.710 millones) en 1989 a $312 millones (¢91.297 millones) en este año, lo que representa el 0,57 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la zona, según un estudio difundido ayer por una universidad española.
Esta cifra, cuatro veces menor a la que registraba la región hace una década, se recoge en un informe de la Cátedra Unesco sobre Paz y Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Barcelona.
El estudio permite conocer por vez primera el importe de los gastos militares en la región, tomando en cuenta que los ministerios de Defensa de los países centroamericanos desglosaron sus gastos a petición del citado centro universitario.
Los datos fueron suministrados concretamente por los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, más los presupuestos de seguridad de Costa Rica y Panamá equiparables con los de defensa en el resto de naciones.
El informe apuntó que, si no se consideran los casos de Costa Rica y Panamá, países sin ejército, el presupuesto del gasto militar de la región desciende a $283 millones (¢83.383 millones).
En detalle
El estudio precisó que en el caso de Nicaragua y El Salvador los porcentajes superan el 1 por ciento del PIB, mientras que Honduras y Guatemala mantienen cifras más pequeñas, alrededor del 0,61 por ciento del PIB. Sin embargo, en términos generales desde 1989, Nicaragua y Honduras lograron reducir un porcentaje mayor del presupuesto militar que el resto de naciones centroamericanas (vea cuadro comparativo adjunto).
El informe manifestó que el rubro militar "supone un nivel bastante reducido comparado con otras regiones del planeta, y constata el importante descenso económico de la militarización".
En cuanto a la estructura del gasto de defensa, el informe subrayó el elevado peso que suponen las remuneraciones de personal en El Salvador (81,2 por ciento del total), y en Guatemala: 46,3 por ciento del total.
El informe reveló, además, que ningún país destacó por la compra de armas o por los gastos de construcción.
En opinión de Vicenc Fisas, titular de la Cátedra y autor del informe, este trabajo es "un primer paso en la creación de confianza en los países centroamericanos, y que favorece a la democratización de las naciones".
Por la vía de la estabilidad
Sergio Arce Redactor de La Nación
En criterio de varios analistas, el proceso de desmilitarización en Centroamérica avanza por el camino correcto.
Fernando Durán Ayanegui, de la Fundación Arias para la Paz, opinó que la región comienza a buscar el sendero de la estabilidad política y socioeconómica a través de la reducción del gasto militar.
Aunque aún persisten cuatro naciones con agrupaciones militares (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua), Ayanegui consideró que en el mediano o largo plazos, el panorama castrense en el istmo podría desaparecer.
"Creo que este paso sería el óptimo, en aras de lograr formas de convivencia con el derecho; pero el proceso de desmilitarización en Centroamérica será lento y pausado", indicó.
Para Jorge Vargas, coordinador técnico del proyecto Estado de la Región de Desarrollo Humano del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, por sus siglas en inglés), la reducción en el gasto militar es producto de dos tendencias: el fin de los conflictos bélicos de la década de los ochentas y el fortalecimiento de los procesos de paz en cada una de las naciones.
"Las amenazas externas se extinguieron, y lo que sigue ahora es el proceso de eliminación de los cuerpos militares y, por ende, se podrían destinar más recursos a otros sectores", explicó.
Vargas destacó que los militares comienzan a erigirse con poder en otro sector del quehacer social de sus países: el económico.
Según un estudio del PNUD, en 1998, el caso más representativo es el de Honduras, donde las fuerzas armadas controlan al menos 18 empresas en los sectores financiero, agropecuario, manufacturero, servicios y comunicación, lo cual coloca a esta institución entre los ocho grupos económicos más importantes del país.
"Cada país tiene su ritmo, pero lo importante es que en todos hay una redefinición del rol de los militares, y estos se integran cada vez más a la sociedad civil", puntualizó.
Tanto Ayanegui como Vargas aseguraron que el proceso de desmilitarización debe guiarse por la consigna: "Si se quiere se puede".
Para ello pusieron el ejemplo de Panamá, que en 1994 eliminó el Ejército mediante una reforma a su Constitución Política. Junto con Costa Rica, son los únicos dos países que no cuentan con cuerpo castrense en el istmo.
Comportamiento de caso militar en centroamérica: 1980-1999
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¡La palabra enseña, pero el ejemplo arrastra!
Corina Yoris-Villasana
LA OPINIÓN DE
Corina Yoris-Villasana
@yorisvillasana
06 DE JUNIO DE 2017 12:07 AM
Soy una entusiasta del cine y muchas veces relaciono sucesos importantes de nuestra vida nacional con películas que me hayan impactado de alguna forma. Ayer veía por enésima vez, MacArthur, el general rebelde, filme basado en la actuación del famoso General Douglas MacArthur durante la Segunda Guerra Mundial, protagonizado por Gregory Peck.
Sintetizando, es una biografía del célebre general estadounidense Douglas MacArthur, quien fue comandante supremo de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial y comandante de las Naciones Unidas en la Guerra de Corea. La película relata su actuación desde la batalla de Corregidor en 1942. La isla de Corregidor, hoy destino turístico de Filipinas, es caminar sobre la historia. Desde el mismo momento en que España llega a estos parajes hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, Corregidor ha sido escenario de múltiples batallas. Ha sido ocupada por españoles, holandeses, ingleses, japoneses, estadounidenses y, en último lugar, por los filipinos. Hoy, quien visite Filipinas debe visitar Corregidor; tal como dicen los folletos turísticos, es un genuino raudal histórico colmado de edificaciones dañadas después de la guerra y conservadas íntegras en memoria de las víctimas. Para visitarla se toma un transbordador y en el desembarcadero, primer lugar que se pisa, se está en el sitio donde zarparon las últimas tropas norteamericanas después de la invasión japonesa en 1942. Lugar legendario, puesto que aquí el general MacArthur, obligado a abandonar Filipinas, pronunció las palabras que quedarían inmortalizadas: “I shall return” (Volveré). Dos años y diez meses más tarde cumpliría su promesa. La película finaliza cuando el presidente Harry Truman destituye a MacArthur por desafiar sus órdenes en la Guerra de Corea.
La derrota del Ejército Imperial del Japón en la Segunda Guerra Mundial trajo consigo una honda y perdurable conmoción en el talante de toda la nación y una brusca reacción ante cualquier acto que se pudiese relacionar con guerras, fuerzas armadas e injerencias militares en la política. Estos sentimientos afloraron en todo el pueblo japonés a tal punto que aceptaron no solo el desarme total, desmovilización y purga de todos los líderes militares que ocupaban puestos de influencia pública tras la guerra, sino también la prohibición constitucional de cualquier rearme.
Esta valiente y arriesgada decisión del Japón es una de las escenas más impactantes de la película. El emperador Hirohito al reunirse con MacArthur, palabras más, palabras menos, dice: "Vengo hasta usted, general MacArthur, para entregarme al poder que usted representa como responsable único de todas y cada una de las decisiones políticas y militares tomadas y ejecutadas por mi gente durante el transcurso de la guerra". Pero no solo eso, sino que solicita la desmilitarización del Japón. En las “Memorias” de MacArthur se lee: "Ese valor al asumir una responsabilidad que llevaba implícita la muerte, una responsabilidad que estaba en contradicción con hechos que yo conocía bien, me conmovió hasta la médula de los huesos". MacArthur hizo gala de sus habilidades y persuadió a Washington de que ejecutar al emperador de Japón recargaría inusitadas responsabilidades al gobierno estadounidense, acarreando también una fuerte inversión de recursos y capital humano. "Necesitaría 1 millón de soldados en refuerzos para llevar a cabo una acción semejante. Habría que instaurar un gobierno militar, y surgirían guerrillas en todas partes".
Se habla mucho del perdón de MacArthur a Hirohito, pero realmente no fue un perdón. Fue una jugada maestra. Todo aquello que tuviese que ver con lo militar fue eliminado. Tanto el Estado Mayor como los ministerios del Ejército y de Marina y sus respectivas fuerzas, el Ejército y la Armada imperiales fueron abolidos. Lo que tuviese que ver con la industria bélica fue desmantelado. Por supuesto, estas acciones de una "desmilitarización forzosa" no fueron vistas con el beneplácito de todos los japoneses; hubo protestas en contra de una política que para ellos significaba una dura humillación al Japón; bastaba con tener que asumir que habían sido derrotados en la Segunda Guerra Mundial.
El horror causado por Hiroshima y Nagasaki produjo pánico en el pueblo, terror que se vio reflejado en la Constitución de 1947 redactada por los mandos estadounidenses y en su artículo 9, Japón renunciaba para siempre al empleo de la guerra como medio de resolución de conflictos internacionales y declara que Japón nunca volverá a mantener "fuerzas terrestres, marítimas o aéreas ni ningún otro potencial militar”. Se crearon las autodefensas que, por cierto, han sido objeto de duras críticas.
Fue una decisión dura, desgarradora pero hizo de la nación algo muy distinto. Si mantener unas fuerzas belicosas solo le trajo dolor y muerte, lo mejor era construir un país distinto, invertir el dinero y su trabajo en hacer del Japón lo que es hoy.
Hay otros países sin fuerzas armadas, entre ellos, Andorra, Costa Rica, Liechtenstein, Palaos, islas Marshall, Vaticano. Muchos dirán, ¿cómo se defienden? No sé por qué, pero creo que la pregunta es otra, ¿necesitan defenderse de quién?
¡La palabra enseña, pero el ejemplo arrastra!
FuenteRotundo rechazo en Panamá a las reformas constitucionales de Guillermo Endara
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FERNANDO ORGAMBIDES
Panamá 16 NOV 1992
Los panameños castigaron ayer al Gobierno de¡ presidente Guillermo Endara al rechazar de forma rotunda las reformas constitucionales sometidas a referéndum, entre las que figuraba la proscripción del Ejército. Los primeros resultados de la consulta revelan un estrepitoso fracaso político de la iniciativa gubernamental al decidirse la población, pese a que más del 60% de los electores se abstuvieron de acercarse a las urnas, por un amplio no, que va más allá de su toma de postura sobre el Ejército, en la práctica ya abolido desde la invasión norteamericana.
La impresionante y millonaria campaña institucional a favor de estas reformas no impidió que los panameños, alentados por un modesto Frente Cívico creado recientemente y ex profeso para esta consulta por un grupo de abogados e intelectuales, echara por tierra el primer proyecto político que este Gobierno somete a consulta popular. Con el 25% de los votos escrutados, el voto negativo alcanzaba el 59,33%, y el afirmativo, el 35,5%.La democracia cristiana, mayoritaria en la Asamblea pese a su distanciamiento de Endara, es corresponsable de esta derrota, ya que que su líder, Ricardo Arias Calderón, ha sido e¡ artífice intelectual de las reformas ahora rechazadas. Partidarios de Endara y de Calderón se echaban anoche la culpa del fracaso, mientras el resto de la población y los partidos de izquierda festejaban los resultados como una victoria contra la ineficacia y el nepotismo de sus gobernantes.
Más que un rechazo a cualquier forma de militarismo, 'inexistente en el país desde que en diciembre de 1989 el Ejército norteamericano aniquilara a la Guardia Nacional del general Manuel Antonio Noriega, lo que se decidió ayer en Panamá fue un voto de castigo al Gobierno del abogado Endara, tildado de corrupto, sumiso a Estados Unidos y vengativo con quienes en su día apoyaron al régimen anterior, algunos de ellos inconscientemente.
Atados a la legalidad
El Gobierno de Endara, pese a que. sus integrantes están atados a la legalidad por haber sido elegidos mayoritariamente el 7, de mayo de 1989 para gobernar Panamá, no está exento de dudas sobre su legitimidad, ya que fue constituido meses después en plena invasión militar norteamericana, concretamente en una de las bases que este Ejército posee en tomo al Canal, y por iniciativa de un presidente extranjero, en este caso George Bush.
Ésta ha sido la primera consulta popular que ha celebrado este país sin la tutela de los militares, que estuvieron establecidos en el poder 21 años, primero con el ya fallecido general Omar Torrijos y después con Manuel Antonio Noriega, hoy cumpliendo en EE UU una condena de 40 años de prisión por narcotráfico.
La convocatoria, hecha a modo de referéndum, le permitía a la población pronunciarse por la abolición definitiva de cualquier forma de ejército en este país, fórmula de la que es pionera en la región la vecina Costa Rica. Sin embargo, esta posibilidad, de la que es partidaria gran parte de la población, fue ignorada y los panameños prefirieron con su no global rechazar todo lo que procede de Endara y de los grupos políticos que lo sostienen.
Panamá sufre una fuerte inestabilidad política a consecuencia de la incapacidad e ineficacia de un Gobierno tildado de corrupto y sobre el que llueven severas críticas de nepotismo y crecientes descontentos populares por su gestión. La popularidad del presidente Guillermo Endara ha bajado en los 35 meses que lleva en el poder del 70% al 7%.
La consulta perdida por Endara ha reverdecido los sentimientos nacionalistas frente a un Gobierno al que se considera títere de EE UU y cómplice de una invasión extranjera que sembró de cadáveres el país y, arruinó el comercio, porque durante ella se permitió un brutal saqueo que no fue reprimido.
Es precisamente el Comando Sur del Ejército de EE UU, con 10 bases en este país y un total de 11.000 hombres, el que, en su condición de garante de la seguridad del Canal, hace ahora las veces de protector de Panamá, al menos hasta el año 2000, en que, en virtud de los acuerdos Carter-Torrijos, deberá traspasar a esta república su soberanía sobre esta zona estratégica.
Reforma perdida
La reforma perdida por el Gobierno sometía parcialmente a modificación, además de la proscripción del Ejército, una Constitución que data de 1972 y que socialmente se considera anacrónica y desacompasada con los nuevos tiempos que vive esta nación centroamericana. Las 58 reformas propuestas presentaban aspectos entendidos, por un lado, como positivos, como la ampliación de la gratuidad de la enseñanza de seis a nueve años, pero, por otra parte, facilitaban a los parlamentarios exagerados privilegios.
El objetivo que perseguía el Frente Cívico, que ha abogado por el no, es la constitución de una Asamblea Constituyente que le dé al país una nueva Constitución, más adaptada a los tiempos actuales. Sin embargo, Endara se niega a hacerlo durante su mandato, que expira en 1994.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de noviembre de 1992
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PANAMÁ VOTÓ NO A REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN
Los panameños rechazaron ayer, mediante un referendo, un paquete de 58 reformas constitucionales, que incluían la abolición del Ejército, aunque la votación fue vista como un plebiscito sobre la gestión del presidente, Guillermo Endara. Contabilizada más de la mitad de los votos, el 60,44 por ciento de los panameños rechazó las reformas, mientras el 34,64 las apoyó.
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Por: Reuter-AFP-EFE 16 de noviembre de 1992, 04:00 am
El abstencionismo, con el 63 por ciento, pareció ser el triunfador. Contabilizada la mitad de los votos, 234.968 personas se pronunciaron por el no a 58 reformas constitucionales y 100.374, por el sí. El abstencionismo, que superó el 63 por ciento, pareció ser el triunfador de la jornada electoral de ayer. Las fuerzas de oposición panameñas celebraban anoche la virtual derrota del gobierno que preside Guillermo Endara, en un reférendum para decidir sobre el destino de 58 reformas constitucionales, entre las que destacaba la abolición del Ejército.
Casi ocho horas después de haberse cerrado las urnas, el Tribunal Electoral había contabilizado 340.623 votos, de los cuales 234.968 se pronunciaron por el no a las reformas (60,44 por ciento) y 100.374 (34,64) por el sí.
Sin embargo, la apatía electoral fue la gran trunfadora. El Tribunal Electoral estimó en un 63 por ciento el abstencionismo, de entre un millón 400 mil ciudadanos inscritos para votar.
El presidente del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Gerardo González, que en el pasado apoyó los regímenes militares, declaró que las votaciones eran un triunfo de la oposición sobre el gobierno de Guillermo Endara.
Hemos derrotado a esos payasos , dijo Gonzalez a los periodistas, tras conocer los primeros resultados del reférendum, que en la práctica se convirtió en un plebiscito sobre la gestión del presidente Endara.
El presidente del Tribunal Electoral, Eduardo Valdez, pidió a la población abstenerse de manifestaciones callejeras, que pudieran degenerar en violencia, al tiempo que aseguró que la tendencia de votación parecía que se mantendría.
Las reformas constitucionales eran apoyadas por el Gobierno y el principal partido de oposición, la Democracia Cristiana, mientras que la oposición a las reformas era encabezada por el PRD y el denominado Frente por el No (FRENO), integrado por agrupaciones populares y de la empresa privada.
La población pareció cobrarle a Endara sus políticas económicas neoliberales, que en los últimos meses incrementaron el desempleo y la miseria en este país de tres millones de habitantes. Jornada tranquila Sobre orden público, las autoridades dijeron que no hubo incidentes serios durante la jornada electoral, la primera en Panamá desde la invasión militar de Estados Unidos al país el 20 de diciembre de 1989.
Pese a que el ejército de Panamá fue desmantelado y sustituido por una Policía Nacional a raíz de la invasión que derribó al ex hombre fuerte Manuel Noriega, su eliminación constituye la más controvertida de las reformas propuestas.
Los nacionalistas argumentan que el país no debe prohibir la creación de otra arma mientras que 10.000 efectivos del ejército estadounidense permanezcan en su territorio.
Los partidarios del sí sostienen que Panamá está listo para deshacerse de los militares, que bajo los generales Torrijos y Noriega ejercieron el poder de facto desde octubre de 1968 hasta diciembre de 1989.
Además, muchos panameños culpan a Endara del creciente desempleo y la elevada tasa de criminalidad, además de no haber cumplido las promesas que hizo al asumir durante la invasión militar.
El mandatario panameño apoya decididamente las reformas.
La prensa local ha especulado que en caso de una derrota de las reformas, el gobierno de Endara resultaría debilitado e incluso algunos miembros de su gabinete podrían renunciar.
Endara rechazó esa postura. El referendo se refiere exclusivamente a las reformas constitucionales. No tiene absolutamente nada que ver con mi gobierno , dijo a los reporteros antes de depositar su voto. Guillermo Endara reconoce derrota Panamá (EFE) El presidente, Guillermo Endara, aceptó la virtual victoría del no en el referéndum de ayer sobre la abolición del ejército y otras reformas constitucionales, promovidas por su gobierno y anunció que respetará la voluntad popular.
Pero eso no quiere decir que se cierra la puerta a futuras reformas , agregó el Jefe de Estado, en un discurso televisado a todo el país.
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CONGRESO DECIDE ABOLIR EJÉRCITO EN PANAMÁ
El Congreso de Panamá aprobó ayer una reforma constitucional para abolir el Ejército, que mantuvo el poder de facto en este país durante más de dos décadas. La Asamblea Legislativa votó 50-12 a favor de prohibir la creación de un Ejército. Esta medida deberá ser aún votada por los panameños en un referendo que se realizará en noviembre.
Por: Reuter 30 de junio de 1992, 04:00 am
Si es votada favorablemente, entonces quedará escrita en la Constitución del país.
A la reforma se opusieron los miembros del Partido Revolucionario Democrático (PRD), que en el pasado apoyaron al ex hombre fuerte de Panamá, general Manuel Noriega.
Bajo el mando del general Omar Torrijos y después de Noriega, el Ejército mantuvo un poder de facto en Panamá desde octubre de 1968 hasta diciembre de 1989, cuando Noriega fue derrocado por una invasión militar estadounidense a este país.
Los 15.000 miembros de las Fuerzas de Defensa que comandó directamente Noriega fueron desmovilizados durante la invasión militar estadounidense y remplazados por una fuerza policial.
Pero hasta este lunes no había ningún límite constitucional para la creación de otro ejército en Panamá.
Los legisladores del PRD argumentaron que este país necesita un Ejército para defender el Canal de Panamá, cuando pase a manos de los panameños al final de la década.
Pero los legisladores que votaron a favor de no crear otro Ejército dijeron que una fuerza policial especial podrá hacerse cargo de la vía acuática de 80 kilómetros.
Dijeron también que de acuerdo con los tratados que se firmaron con Washington, Estados Unidos podrá intervenir si el canal sufre la amenaza de ser cerrado.
Panamá será el segundo país de América central en abolir su ejército.
Costa Rica, visto como un país democrático y pacífico en la región, abolió su ejército en 1948.
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El Parlamento panameño aprueba la abolición del Ejército
EFE
Panamá 28 DIC 1991
La Asamblea Legislativa de Panamá aprobó el jueves reformas a 58 artículos de la Constitución, entre las que destaca la abolición del Ejército, la creación del defensor del pueblo u ombudsman y mayor independencia para el Tribunal Electoral. Este acto anuló y sustituyó al efectuado a principios de año para poder ampliar su alcance sin violar la Constitución, según explicó recientemente el presidente del Parlamento, Marco Ameglio, del oficialista Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena).La Asamblea Legislativa de Panamá aprobó las reformas ampliadas, tras seis horas de debate, con 50 votos a favor, 10 en contra y ninguna abstención.
Además de abolir el Ejército, el proyecto propone la creación de la oficina del ombudsman, cuya finalidad es "defender los derechos individuales y sociales de los ciudadanos", según explicó el legislador democristiano Guillermo Cochez.
Asimismo, otra reforma que despierta la sensibilidad de los panameños -por las ya históricas denuncias de su total subordinación al poder militar entre 1968 y 1989- es el establecimiento de la autonomía plena y real del Tribunal Electoral, garantizándole el 0,7% de los ingresos corrientes del Gobierno central, precisó Cochez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de diciembre de 1991
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