Diaspora Cubana

Historia de la diáspora cubana se expondrá en museo de la Pequeña Habana
LocalesMay 18, 2017 0 185

(Miaminews24).- La amplia historia de la diáspora cubana, sintetizada en el singular y turístico barrio de la Calle Ocho de Miami, quedará recogida en el Museo de la Pequeña Habana, que abrirá sus puertas en esa ciudad antes de diciembre próximo, según anunciaron sus responsables.

El espacio expositivo del museo nace con una “visión” precisa: que la ciudad de Miami albergue un lugar que cuente la “vibrante historia de la comunidad cubana”, dijo a hoy a EFE Michele Reese, del Museo de Historia de Miami, fondo del que procede la mayor parte de las piezas que se exhibirán.

Cientos de fotografías, objetos y filmes interactivos integran la exposición, el relato de los avatares del exilio cubano y las “décadas de historia” y cultura contenida en la identidad del barrio de la Pequeña Habana y su epicentro, la Calle Ocho.

La Calle Ocho, con sus galerías de arte, tiendas de artesanía, monumentos y restaurantes de sabor criollo, es hoy la arteria principal de este paisaje urbano que invita a un viaje callejero lleno de sorpresas y experiencias.

“Nuestra idea es que el Museo se convierta en un lugar donde la gente pueda mirar en profundidad la historia de esta zona urbana y lo que ha hecho de ella un tesoro”, precisó Reese.

Una de las imágenes más antiguas, de 1951, muestra la zona conocida entonces como Riverside con el famoso restaurante-bar Ball and Chain, una década antes de que se convirtiera en la actual Pequeña Habana.

El Museo, una iniciativa desarrollada entre el citado museo y la empresa de desarrollo urbano Barlington Group, albergará de manera permanente una “vasta colección de objetos y fotografías del Museo de Historia de Miami” y pondrá al descubierto el devenir de este barrio de unos siete kilómetros cuadrados.


Las últimas medidas de Barack Obama
El fin de la era dorada del exilio cubano

Un joven cubano se apoya en una pared en la Habana. REUTERS

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Obama ha decidido que las relaciones inmigratorias con Cuba deben de ser como las de cualquier otro país. Es, literalmente, el final de una eraBalsas en tierra, por Raúl Rivero
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PABLO PARDO Corresponsal Washington@PabloPardo1
DANIEL LOZANO@danilozanomadri
14/01/2017 03:01En su última semana en el cargo, Barack Obama ha puesto a los cubanos que escapan de la dictadura al mismo nivel que a los salvadoreños, hondureños o guatemaltecos que huyen de la violencia del narcotráfico en sus países. En otras palabras: todo cubano que aparezca en Estados Unidos y no pruebe que es objeto de persecución política en su país de origen será devuelto a la isla. Hasta ayer, los cubanos que llegaban a EEUU recibían automáticamente un visado. Al cabo de 366 días, podían solicitar el permiso de trabajo y residencia en el país. Eso solo se aplicaba si los exiliados estaban en tierra firme de estadounidense. Si los descubrían en el mar, eran devueltos a Cuba. De ahí viene la expresión 'pies secos, pies mojados', con la que se conoce a ese sistema. EEUU mantiene, no obstante los 20.000 cupos legales para cubanos, que sortea cada año, lo que en La Habana denominan "el bombo". Los cubanos temían que algo parecido iba a pasar desde que EEUU y Cuba iniciaron su deshielo en diciembre de 2014. Las cifras así lo demuestran. En 2014, 24.278 personas huyeron de la isla a EEUU; en 2015, 43.159; en los ocho primeros meses de 2016, 46.635. Los ciudadanos de Cuba que quieran escapar sabían que la ventana se iba a cerrar rápidamente. Y así ha sido.La mayor parte de los exiliados--o emigrantes, que eso va por barrios--pasan a Centroamérica y, de allí, a EEUU. Desde ahora deberán cruzar la frontera como ilegales y, una vez en territorio estadounidense, solicitar estatuto de refugiado político. Es una tarea complicada, porque la Administración estadounidense está sobrecargada de peticiones en ese sentido de personas de todo el mundo, y los casos se suelen demorar meses o incluso más de un año. Encima, a partir de este año se encontrarán con el muro que Donald Trump quiere construir en la frontera con México, y con las drásticas medidas contra la inmigración ilegal que el nuevo presidente planea poner en práctica. Trump, que contó con el apoyo del voto exiliado de Miami, podría ser el presidente que acabe con el privilegio en inmigración de esos exiliados.Es una norma que se basa en la Ley de Ajuste Cubano de 1966, pero que fue creada por Bill Clinton a mediados de la década de los noventa. Era la época de más poder del exilio cubano, cuando el presidente de EEUU tuvo que aprobar la Ley Helms-Burton, que establecía sanciones a empresas de terceros países que invirtieran en Cuba para poder ganar la reelección. Hoy, el poder del exilio cubano se está desvaneciendo. EEUU ha decidido que sus relaciones inmigratorias con Cuba deben ser como las de cualquier otro país. El Partido Republicano ha dado la callada por respuesta. Es, literalmente, el fin de una era. Así lo dijo Obama el jueves: "Al tomar esta medida tratamos a los migrantes cubanos de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países".Cuba no sólo ha aceptado el trato, también lo ha celebrado. "Un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales" con el que se garantiza una "migración regular, segura y ordenada". Así resumió el gobierno de La Habana el acuerdo histórico alcanzado el jueves, publicado ayer por el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC). Sin duda, el momento más álgido del deshielo entre los dos países.
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Fidel Castro utilizó durante su medio siglo de mandato la emigración como válvula de escape para los problemas sociales de la isla. Primero fueron las salidas masivas de finales de los 50 y primeros años de la década siguiente. Pasó el tiempo hasta la siguiente oportunidad, en 1980, cuando el Líder Histórico de la revolución se vio obligado a abrir la espita de su olla a presión social para dar salida por el Puerto de Mariel a 125.000 cubanos, los más disconformes. "El Caballo" repitió la operación en 1994, con la famosa crisis de los balseros, cuando el país vivía una de sus peores crisis durante el Periodo Especial. En aquella ocasión fueron entre 30.000 y 40.000 los cubanos que llegaron a Estados Unidos. Sin duda, los más desesperados. Pocos meses después Clinton implantó la política de los "pies secos, pies mojados". Raúl Castro, pese a la utilidad que le ha dado su régimen a la válvula de escape, pese a las remesas millonarias que llegan desde el vecino del Norte, tiene ahora otros problemas más acuciosos. Dos principales: una población envejecida incapaz de enfrentarse a los retos económicos para reformar la economía revolucionaria y la fuga de los talentos, destinados en el catecismo castrista a echarse el país a sus espaldas. También, y de un solo plumazo, Obama da por finalizado al programa refugio para los médicos cubanos enviados al exterior, "una virtual operación internacional de robo de cerebros promovida por Estados Unidos desde 2006 y un atentado contra las misiones médicas humanitarias y solidarias", destacó el gobierno de La Habana. Entre la disidencia cubana, mientras tanto, división de opiniones. "La lucha por nuestros derechos y el bienestar aquí dentro es la única salida", concluyó José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu). El ex prisionero político santiaguero vaticina que el gobierno va a mantener la represión contra las voces disidentes, pese a que ya en 2016 se rompieron records históricos con casi 10.000 detenciones. Manuel Cuesta Morúa, líder del Arco Progresista, apoya la medida tomada por Obama y adelanta que de esta forma subirá la presión y la temperatura, otra vez, de la olla exprés cubana.

El viaje sin regreso de la diáspora cubana
Para los cubanos más jóvenes de la isla, salir del país se convierte en la única esperanza de futuro.

Por:  Univision.com
Publicado: abr 08, 2015 | 12:04 PM EDT
  
 Un grupo de balseros cubanos intenta alcanzar las costas de Estados Unid...
Un grupo de balseros cubanos intenta alcanzar las costas de Estados Unidos, en junio de 2009. Getty Images
Por Jorge Mota @jorgeluismota

Elizabeth Basulto, de 26 años, llegó recientemente a los Estados Unidos. Salió de Cuba en agosto de 2014 rumbo a Ecuador. Como miles de cubanos en la actualidad, se lanzó junto a otros jóvenes a la odisea de atravesar a como diera lugar el continente americano, siempre rumbo a los Estados Unidos.

Leer más: Resultados de la encuesta en Cuba

Tras meses atravesando selvas, abordando vehículos, navegando en precarias embarcaciones y hasta volando avionetas de fumigación, llegó a la frontera sur estadounidense el pasado 1 de octubre y pidió asilo bajo la Ley de Ajuste Cubano.

Para realizar esta larga y peligrosa travesía, los cubanos casi siempre se mueven en pequeños grupos. Algunos traen el dinero necesario para pagar los diferentes sobornos que les cobran los traficantes de personas y las autoridades de los países que van atravesando. Otros contactan familiares y amigos en los Estados Unidos, que se encargan de pagar sus rescates.

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El grupo de Elizabeth se componía de ocho cubanos, entre ellos tres mujeres, quienes apenas se conocían entre sí, pero a los que unía un mismo propósito. “Salir de Cuba se convierte en la única esperanza, llegar a los Estados Unidos. Es que uno no ve un cambio allá (en la isla), y creo que tampoco lo habrá por un largo tiempo”, dice Basulto. Todos eran menores de 34 años.

Cuando se le pregunta a Elizabeth qué significa ‘cambio’ para ella, su respuesta es directa. “Cambio para mí sería el poder ver el fruto de tu trabajo. No basta con estudiar y trabajar. Se necesita un resultado”, agregó.

En su opinión, en la Cuba actual son más los jóvenes que quieren abandonar la isla que los que quieren permanecer en ella.

El aparente relajamiento en la libertad de expresión que se percibe en el resto del mundo, gracias a la explosión de blogueros cubanos independientes, no coincide con la percepción interna. “La gente allá tiene miedo. Aquello es una opresión, y si expresas abiertamente tu opinión, puedes ir preso”, afirma.

Factores de empuje y de atracción

Para Arturo López Levy, profesor adjunto del Centro de Estudios Globales de la Universidad de Nueva York, cualquier migración humana obedece a variables combinadas, que él llama factores de empuje y atracción.

En el caso cubano, el factor de empuje es una mezcla de dos temas difíciles de separar: el político y el económico. “Es un gobierno que hasta hace poco tenía un control estricto sobre el empleo, la educación, la religión, donde la ideología del Estado jugaba un papel muy importante en la vida de los ciudadanos”, sostiene López Levy.

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En cuanto a los factores de atracción, uno de los más importantes para él es la Ley de Ajuste Cubano. En 1966 se promulgó en los Estados Unidos esta norma para garantizar la residencia a todos los nacidos en Cuba que hubieran entrado legalmente al país, siguiendo el criterio de que eran refugiados políticos.

Sin embargo, López Levy no cree que la legislación sea un problema central en la relación entre Cuba y los Estados Unidos. “Lo importante sería discutir la implementación de la ley, de manera tal que exista una comunicación entre ambos países, y los Estados Unidos sepa quién está inmigrando”, opina. “De esta manera se evitaría que pudieran entrar individuos que vengan con la intención de dañar su seguridad interna”.

Oleadas migratorias

Para el doctor Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas y catedrático del Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de la Universidad Internacional de la Florida en Miami, los éxodos cubanos a los EEUU son un fenómeno que dura ya 150 años, y que comenzaron con la llamada Guerra de los 10 años, contra la dominación española sobre la isla. Los éxodos sin embargo han tenido un notable aumento después del triunfo de la revolución cubana.

Según el profesor, estas migraciones masivas han obedecido desde el siglo XIX tanto a razones políticas como económicas. En el periodo más reciente, él identifica cinco principales olas migratorias. “La primera ocurre en el año 1959 con el triunfo de la Revolución, y es conocida como el exilio histórico o dorado”, explica.

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Leer más:  Remesas a Cuba esperanza para hoy y el futuro

Le siguieron el éxodo de Camarioca en 1965, el de Mariel en 1980, el de Guantánamo en 1994, y finalmente un éxodo constante y esparcido que ya dura más de dos décadas y que él denomina como el éxodo postsoviético. “Desde el año 1995 a 2014 han salido más de medio millón de personas”.

Después del éxodo de Guantánamo, ambas naciones firmaron acuerdos migratorios. De ahí surgió la regla conocida como “pies secos, pies mojados”, según la cual, si un cubano es atrapado en el mar tratando de escapar de Cuba, es devuelto a la isla. Pero si llega a tocar territorio estadounidense, tiene derecho a pedir asilo y acogerse a la ley de ajuste cubano.

Como parte de estos acuerdos, Estados Unidos se comprometió a recibir anualmente de manera legal a unos 20,000 cubanos. A esto se suman los balseros que escapan cada día y logran llegar, las salidas por terceros países, los matrimonios con extranjeros y finalmente las visas de visita, que algunos aprovechan para quedarse en territorio estadounidense, acogiéndose a la mencionada ley de ajuste.

A partir del 17 de diciembre pasado, cuando el presidente Obama anunció el cambio de política hacia Cuba y comenzaron las conversaciones para regular relaciones entre ambas naciones, se vio un nuevo repunte en el número de personas tratando de llegar en balsa a territorio estadounidense.

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Según testimonios, la principal razón ha sido el temor en la isla de que la normalización derrumbe la ley de ajuste cubano. Sin embargo, Estados Unidos ha negado que eso vaya a ocurrir.

“Por un lado, es cierto que la ley de ajuste configura una situación privilegiada que no tiene ningún otro grupo inmigrante en el mundo, y en ese sentido es un incentivo a la migración. Pero no me parece que sea la causa principal. Me parece que la crisis económica que todavía afecta a Cuba es un factor motivante muy claro, lo dice la propia gente. No hay duda que la situación política es también un agravante, la falta de libertad, de derechos humanos”, concluye Duany.

Para el profesor es muy dramático que el 69% de la población menor de 34 años encuestada quiera irse de Cuba, pero no es sorprendente.

Tampoco lo es para Basulto, quien ya estudia inglés en una escuela del condado Miami Dade y sacó recientemente su licencia de vendedora de bienes raíces. “Este es un país que si vienes con deseos de estudiar y de trabajar, te brinda opciones”, dijo. “Regresaría de visita a Cuba. Pero a vivir, no”, agregó.

Cinco décadas de éxodos

1959-1962: Tras la caída del régimen de Fulgencio Batista, más de 270,000 personas piden refugio en Estados Unidos.

1962-1965: Decenas de miles de personas huyen de la isla. Más de 14,000 niños son enviados solos a territorio estadounidense en la Operación Peter Pan (Pedro Pan).

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1965: Más de 300,000 ciudadanos cubanos huyeron del país a través del puerto de Camarioca, ubicado en la provincia de Matanzas.

1980: Éxodo por la bahía del Mariel, La Habana. Más de 120,000 personas escaparon a Estados Unidos, otras decenas de miles viajaron a Perú.

1994: Crisis de los balseros. Más de 30,000 personas se refugiaron en la Base Naval de Guantánamo.

1994-2011: Varios miles de cubanos siguen escapando por vía marítima a Centroamérica, para después entrar a Estados Unidos. Desertan algunos profesionales enviados por el gobierno de la isla a terceros países, en misiones de trabajo o deportivas.

2009-2011: El número de cubanos con pasaporte español se triplicó, al sumar 108,000 personas.

2011-presente: Miles de cubanos continúan abandonando la isla a través de Ecuador y Venezuela, atravesando Colombia y Panamá, con Estados Unidos como destino final. Después del anuncio del 17 de diciembre de 2014 sobre el inicio del deshielo en las relaciones entre Washington y La Habana, las autoridades costeras estadounidenses reportan un incremento en la llegada de cubanos, que temen la derogación de la Ley de Ajuste Cubano.
Los cubanos y la libertad de movimiento
Los indultos siempre serán bienvenidos, pero deberían ir acompañados de una reforma migratoria
Otros27ConéctateConéctateImprimir
RAFAEL ROJAS
8 ENE 2012 - 01:09 CET
Los últimos días de 2011 produjeron algunas noticias cubanas que nos ayudan a comprender las ambivalencias del capitalismo autoritario que se implementa en la isla. Junto a una reforma crediticia, que facilitaría la consolidación del emergente sector no estatal de la economía cubana, el Gobierno de Raúl Castro decretó duelo oficial por la muerte del más retrógrado de los últimos dictadores comunistas del planeta, el norcoreano Kim Jong-il, y diluyó una reforma migratoria elaborada y defendida por el ala aperturista del poder.

 Es importante retener las palabras de Raúl Castro en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular. No dijo entonces que la reforma migratoria se “posponía” o se “aplazaba”, sino que sería “introducida paulatinamente”. Si esto último quiere decir que las transformaciones de la obsoleta e injusta legislación migratoria cubana no conformarán una reforma integral, sino un conjunto de disposiciones “paulatinas”, la ciudadanía de la isla y los más de dos millones de emigrantes cubanos ya pueden hacerse una idea de lo limitadas y demoradas que serán las mismas.

Dijo también Castro, que La Habana había recibido, en los últimos años, “exhortaciones bien o mal intencionadas” de una reforma migratoria. “Buena” o “mala”, la más completa de esas exhortaciones fue el informe La diáspora cubana en el siglo XXI, elaborado por el Cuban Research Institute de la Florida International University, en el que intervinieron algunos de los más reconocidos académicos cubanos en Estados Unidos, como los profesores de Harvard, Jorge I. Domínguez, y de Pittsburgh, Carmelo Mesa Lago; el experto en temas migratorios, Jorge Duany, de la Universidad de Río Piedras, en Puerto Rico, y el exdiplomático e historiador Juan Antonio Blanco.

Dicha propuesta tiene la ventaja de que no solo contempla las medidas que debería adoptar La Habana —fin de permisos de entrada y salida, múltiple ciudadanía, despenalización de la “salida definitiva”, rebaja de precios consulares, homologación de títulos, programas de repatriación, reconocimiento de derechos económicos, civiles y políticos de los emigrantes…—, sino que hace recomendaciones, también, a Washington, para que flexibilice las trabas migratorias que impone a los cubanoamericanos el embargo comercial. Se trata, por tanto, de una reforma migratoria que expresa el deseo mayoritario de los cubanos, dentro y fuera de la isla, y que propone la transición de un Estado nacionalista a otro transnacional, como el que se abre paso en muchos países caribeños y latinoamericanos.

El Gobierno ve como una amenaza la normalización de los vínculos con los exiliados

Cualquier medida que adopte en los próximos meses o años el Gobierno de Raúl Castro en materia migratoria será tan solo una aproximación a esa necesaria e inevitable reforma. Si ese Gobierno no se atreve, siquiera, a eliminar los permisos de entrada y salida, cómo imaginar que en el corto plazo pueda conceder a los exiliados una garantía constitucional tan básica en las democracias contemporáneas como el derecho a voto. Las razones que aducen los gobernantes cubanos para justificar tal moratoria vuelven al rancio subterfugio de la amenaza a la seguridad nacional. Cuando si algo podría acelerar el fin del embargo comercial y de la política de Estados Unidos sería, precisamente, una reforma migratoria que impulse la reunificación familiar y el contacto entre los cubanos de la isla y el exilio.

 Una vez más, el Gobierno de Raúl Castro pone en evidencia que los tiempos de su “cambio” no son los de la ciudadanía cubana. La liberación de 2.900 presos —muchos de ellos condenados por delitos contra la “seguridad del Estado”, aunque considerados “comunes” y no políticos— se ofrece, casi, como regalo navideño al papa Benedicto XVI en la coyuntura previa de su viaje a La Habana.

Sin embargo, una reforma migratoria, que también podría encontrar justificaciones coyunturales o de corto plazo, se pospone indefinidamente. Los indultos siempre serán bienvenidos en la comunidad internacional, pero más lo serían si vinieran acompañados, al menos, de una comprensión de que la existencia de presos políticos en las cárceles cubanas es consecuencia de las instituciones y leyes antidemocráticas que imperan en la isla.

Por mucha suspicacia que se empeñe, no hay forma de imaginar cómo la eliminación de los permisos gubernamentales de salida y entrada puede amenazar la soberanía cubana. En todos los países del mundo existen métodos de control migratorio que impiden la internación de terroristas, y a un Estado policiaco, como el cubano, le sobran recursos en esa materia.

Es evidente, por tanto, que el concepto de seguridad nacional con que opera el Gobierno insular no es el que se basa en verdaderas perturbaciones de la paz social o de la soberanía del país sino el que entiende como amenaza la movilidad y la comunicación de la ciudadanía con el mundo y de la diáspora cubana con su sociedad de origen.

Dicho de otra manera, para el Gobierno de Raúl Castro las mayores amenazas son la libertad de movimiento y la reconciliación nacional. Un proceso de normalización de los vínculos entre cubanos de la isla y el exilio, que deshaga, en pocos años, la estigmatización de los exiliados como enemigos de la nación, es visto con miedo o recelo por una clase política que depende de la fabricación de “mercenarios” para su subsistencia.

Si mañana los opositores pacíficos cubanos, vivan dentro o fuera de la isla, pudieran circular libremente y hacer contacto con la población, asociarse y expresarse como en cualquier democracia del planeta, el totalitarismo no tendría razón de ser.

Los defensores acríticos de las reformas raulistas quieren convencernos de que la capitalización emprendida en La Habana modernizará la sociedad cubana. Tal vez tengan razón. Solo que ninguna modernización sin democracia ha producido una verdadera modernidad. La tecnocracia excomunista cubana del siglo XXI está demostrando la misma ortodoxia autoritaria que la tecnocracia neoliberal latinoamericana de fines del siglo XX. Esa tecnocracia está dispuesta a tolerar enclaves de mercado, mutación de burócratas en empresarios, empobrecimiento de amplios sectores de la población, pero nunca tolerará que desaparezca, en la esfera ideológica y policiaca del régimen, la figura del enemigo.

Rafael Rojas es escritor cubano.
Tres millones de exiliados cubanos, casi el 27 % de la población
PUBLICADO POR JCEDICIONES ⋅ 15 JULIO 2009 ⋅ 15 COMENTARIOS
ARCHIVADO BAJO  CUBANA, CUBANOS, EMIGRACION CUBANA, ENCUESTA, ENVEJECIMIENTO, EXILIO, FECUNDIDAD, FLUJO MIGRATORIO, JUVENTUD, MIAMI, NACIMIENTOS, NEW JERSEY, NUEVA YORK, POBLACION, SECCIONES, SURVEY, TENDENCIAS
Por Jorge Cruz



El recien presentado estudio actualizado sobre la emigración cubana desvela importantes novedades, entre las que se descubre su continuo incremento y la aceleración del crecimiento. De diversifica la emigración cubana, ampliándose a mayor cantidad de países con preferencia los de América y de Europa. Las estimaciones de Cubaout situan la población cubana fuera de la isla en casi 3 Millones de Cubanos, siendo ya el 26,5% de la población de Cuba. Destaca el elevado porciento de intención de emigración en el futuro cercano dentro de Cuba y que la razón política sigue siendo elevada. Que existen muchos cubanos en Pakistan y Kuwait es relevante.

Una actualización del sondeo sobre la emigración cubana arroja nuevas informaciones sobre los cubanos que vivimos fuera de la isla. Este estudio no es una valoración exacta del fenómeno de los emigrados cubanos, pero si utiliza las técnicas estadísticas para a partir de una muestra, poder inferir resultados más genéricos para toda la población cubana emigrada. De esta forma se hicieron encuestas en Estados Unidos: Miami, Nueva York y New Jersey    y en Cuba principalmente en la  Habana con escapadas al resto del país. 

El total desprecio que tiene el gobierno de Cuba por esta importante población cubana que no vive en la isla, hace que estos estudios sean muy útiles al ser al menos un acercamiento a esta otra Cuba a este otro país cubano. 

Aspectos generales. 

El estudio corrobora que la migración cubana ha seguido aumentando durante los últimos 10 años y existe una clara tendencia a que se incremente esta a otros países que no es los Estados Unidos. Esto no quiere decir que emigren menos a los Estados Unidos, donde solo entre el 2000 y el 2008 arribaron unos 200 000 cubanos. Indica que el por ciento de población emigrante se ha incrementado de forma clara. Sin embargo, la migración internacional se ha asociado con las relaciones comerciales de Cuba y el aumento de la conexión a Europa, en particular, refleja un aumento de los cubanos van a destinos distintos de los Estados Unidos. 

Se consolida España como segundo destino. 

Como segundo receptor de emigración cubana se sitúa claramente España. Esto responde a la política de apoyo a sus ciudadanos aplicada por ese país durante años. Este apoyo ha permitido a muchos descendientes emigrar a España. La nueva ley española de la Memoria Histórica, que trata de devolver a muchos españoles los derechos perdidos durante la Guerra Civil del 1936 al 39, ahora se calcula permitirá a cerca de 200 000 cubanos convertirse en ciudadanos españoles. Esto garantiza a esta futura emigración cubana muy buenas condiciones para comenzar una nueva vida fuera de Cuba. Serán españoles, estarán adscritos a un plan de retorno vigente en España. En estos años España ha pasado de ser un país eminentemente emisor de emigrantes por su mala situación económica a convertirse en la octava economía del planeta con buenos índices de calidad de vida. 

Tabla: Donde han emigrado los cubanos:

País %
Estados Unidos 79,3
España 7,1
Alemania 1,6
Pakistán 1,2
Venezuela 0,9
Italia 0,9
México 0,6
Kuwait 0,6
Canada 0,5
Otros 7,2

Otros destinos mayoritarios.

Población cubana fuera de Cuba

Claramente existen dos destinos lógicos y predilectos. Los cercanos de América que lo indican Canada, México y Venezuela. Aunque las cifras del estudio son mucho mas bajas que otras estimaciones, es la primera vez que el régimen no intercepta estas informaciones. 

Cuando se suman estas cifras y se le aplica a los demás países los descendientes de los cubanos emigrados, o sea nacidos en cuba, entonces la cifra de cubaout esta en los 2 ‘987 050 cubanos fuera de Cuba, que representa el 26,5% de la población de la isla. La estimación tiene en cuenta los cerca de 100 000 cubanos que tenían ciudadanía americana en 1959 y los 50 000 americanos que residían en Cuba, así como los casi 278 000 españoles que han regresado a España o han ido a los Estados Unidos. 

La estimación falla en las cifras de cubanos que llegan a México, donde el estudio solo reconoce 6500 cubanos y los propios datos de emigración mexicanos señalan cifras altísimas, superiores a 10 veces las incluidas. Se ha de tener en cuenta que muchos cubanos utilizan México como país de transito, y en estas circunstancias casi siempre no tienen estatus migratorio reconocido y que pueden representar entre 2500 y 4700 cubanos. Los datos americanos se completan con los descendientes, pero los datos europeos tienen muchas deficiencias, ya que la ciudadanía doble no aparece en las estadísticas en muchos casos y los hijos de cubanos nacidos allí ya no cuentan.

La emigración cubana rejuvenece. 

El estudio nos enseña además como estas emigraciones a otros destinos es más reciente al calcularse el año promedio en que los cubanos que viven en esos destinos arribaron allí.

Tabla: Año promedio de la emigración

País año
Estados Unidos 1987
España 1998
Alemania 1998
Suiza 2000
Venezuela 2001
Italia 1999
México 1996
Francia 2000

Uno de los resultados más reveladores del estudio, es que el 39% de los encuestados en Cuba está haciendo planes para emigrar en el futuro cercano, dato que es muy superior al de otros países de Centroamérica. Esta alta cifra se completa con las razones por las que se emigra, que también difiere mucho del patrón latinoamericano. La mayor parte emigra por reunificarse con la familia. Otro elemento causante es el elevado coste de la vida y falta de oportunidades laborales en Cuba, comportamiento que también muestran otras emigraciones. 

La emigración cubana sigue siendo política. 

Muy distinto a lo que el régimen informa, la situación política también esta entre las principales causas. Si bien la movilidad de personas por razones meramente económicas ha crecido como en otros muchos países, los motivos políticos no son cosa del pasado.  Este es uno de los grandes mitos que rompe esta encuesta, ya que el régimen durante los últimos años ha tratado de imponer la tesis que la emigración ya no es por problemas políticos. 

Tabla: Causas para emigrar en %

Causa de emigración Honduras Nicaragua Cuba
Reunificación familiar 15 11 38
Costo de la vida 61 23 35
Situación política 15 5 23
Por Trabajo 8 56 4

Además de las causas para emigrar, existe la percepción cierta entre los emigrantes cubanos en los estados Unidos, de que el fenómeno continuara. A preguntas relativas al fenómeno migratorio, las respuestas son muy especiales para cubanos. En resumen el 90% de los emigrados tienen otros familiares en la emigración, la mitad cuenta con al menos 10 miembros de la familia fuera de Cuba. Un 52% de los cubanos en el exilio conocen de alguien que emigrara pronto, y cuentan como posibles emigrantes a más de la mitad de sus parientes en Cuba. 

En la perspectiva se supone que el efecto multiplicador de la emigración disminuya con el tiempo. Esto se basa en que solo el 9% de los hijos de emigrados residen en la isla, con lo que ellos son potenciales emigrantes mas sus descendientes y familiares. Los datos que manejan los responsables del estudio consideran que la mayor emigración a destinos fuera de los Estados Unidos se producirá en los próximos cinco años y desde 2009.

Fuente: Manuel Orozco, Inter American Dialogue. The Cuban Condition: Migration, Remittances, and its Diaspora.
-Información de migraciones internacionales, reportes de Canadá, España, Mexico,
-Surveys Estados Unidos, Alemania,OCDE, Naciones Unidas, Hyspanic Survey, Cuba Data
-Material Propio