"¡Islas de condenados!": los detalles desconocidos de la guerra psicológica con la que Reino Unido intentó desmoralizar a los soldados argentinos en las Malvinas / Falklands
Max Seitz (@maxseitz)
BBC Mundo
7 agosto 2017
Soldados argentinos comiendo
Los soldados argentinos llegaron a las islas sin mucha preparación y mal equipados.
1982, plena guerra de las Malvinas/Falklands. Un conscripto argentino mal entrenado y peor equipado, con frío y hambriento, monta guardia en una colina.
Aquí, como en el resto del archipiélago, el viento es constante y no hay un solo árbol para guarecerse de la lluvia, sólo rocas.
El joven está más lejos que nunca de casa, quisiera huir y regresar con los suyos. Tiene miedo y pocas esperanzas. Las raciones y los pertrechos escasean y es improbable que lleguen nuevos envíos. Pero no tiene otro remedio que esperar la hora fatal en la que peleará con las fuerzas británicas, mucho mejor preparadas y armadas.
De pronto cae en sus manos un panfleto titulado "¡ISLAS DE CONDENADOS!", que dice:
Panfleto
"Soldados de las fuerzas argentinas: están Uds. completamente a solas. Desde su patria no hay esperanza de relevo o ayuda. Están Uds. condenados a la triste tarea de defender una isla remota […] No es justo que con sus vidas paguen ustedes las tortuosas ambiciones de esta loca aventura".
Días después, el joven recluta abandona su destacamento y se entrega a la unidad británica más cercana.
Guerra psicológica
Así imaginaba el gobierno de Reino Unido que podría obrar -en el mejor de los casos- la guerra psicológica ("Psywar") que emprendió a comienzos del conflicto en el Atlántico Sur para socavar la moral de los conscriptos inexpertos que Argentina había enviado al archipiélago.
El panfleto es real y forma parte de una serie de documentos secretos recién desclasificados por el Ministerio de Defensa, a los que tuvo acceso BBC Mundo.
Cementerio argentino en Darwin
Argentina sufrió 649 bajas durante el conflicto. Aquí, el cementerio en Darwin.
Los archivos revelan detalles hasta ahora desconocidos de esa misión encubierta para tratar de "manipular" a las fuerzas de Argentina durante la guerra que, entre el 2 de abril y el 14 de julio de 1982, se cobró la vida de 649 soldados argentinos y 255 británicos.
"Todo esto es mi culpa": el soldado británico que construyó el cementerio en Malvinas /Falklands y asesorará la exhumación de soldados argentinos no identificados
"Este material sale a la luz sólo ahora porque acaban de transcurrir los 35 años requeridos por la ley para que pueda difundirse", nos explicaron en los Archivos Nacionales, en Londres, donde se pueden consultar los textos bajo estrictas medidas de seguridad.
Se trata de una carpeta que contiene 189 páginas de documentos etiquetados como "ultrasecretos", bajo la referencia DEFE 24/2254.
En ellos se revelan los pormenores de la planificación, la puesta en marcha -con ejemplos- y las lecciones aprendidas de las actividades de guerra psicológica en el archipiélago.
"Explotar el sentido de aislamiento"
La misión de "Psywar" formaba de la "Operación Corporate", el nombre clave de la ofensiva militar más amplia para recuperar las Malvinas/Falklands.
En los documentos puede constatarse que el gobierno británico le encarga al denominado Grupo Especial de Proyectos (GEP) la misión de "embaucar" a los soldados argentinos desplegados en las Malvinas/Falklands en abril de 1982, cuando apenas había estallado la guerra.
Desembarco británico en Malvinas/Falklands
El desembarco de las tropas británicas.
El GEP es una pequeña unidad de oficiales especializados en guerra psicológica dentro del Ministerio de Defensa.
En términos generales, su misión es infundir temor ante un contingente británico mejor preparado, contra el cual la derrota es inevitable.
Siguiendo esta "idea-fuerza", uno de los documentos define tres metas específicas para el GEP.
La primera es "reforzar la percepción argentina de la determinación del gobierno británico [de recuperar las islas] y el poderío de la Fuerza de Tareas [la flota enviada al archipiélago]… mostrando las capacidades del arsenal de Reino Unido".
La segunda es "intensificar la percepción entre los argentinos de que sus líderes son irresponsables", al enfatizar "la escasez de suministros militares" en las islas.
El tercer objetivo, el más ambicioso en la operación, es "la desmoralización de la guarnición argentina en las islas", apelando a sus emociones.
Artillería argentina abandonada en las Falklands / Malvinas
La operación psicológica también enfatizaba "la escasez de suministros militares" en las islas.
Esto implica "explotar cualquier sentido de aislamiento en las tropas de ocupación [argentinas]… para que la defensa de las Falklands contra la Fuerza de Tareas parezca menos significante", se explica en los documentos.
Y cuando en los archivos desclasificados se habla de aislamiento, no sólo se hace referencia a la desolación en la dura geografía de las islas, sino también al desamparo psicológico: los esfuerzos de desmoralización también buscan sacar provecho de la lejanía de los conscriptos de sus familiares y amigos.
Guerra de panfletos
Para llevar su guerra psicológica al archipiélago, el Grupo Especial de Proyectos escoge dos "armas", según los documentos secretos: la producción de una serie de panfletos y la instalación de una radioemisora en español.
La historia de la Radio Atlántico del Sur (RAdS) es bastante sabida; sobre ella se ha escrito mucho. Hay, sin embargo, algunos aspectos menos conocidos de su gestación, su operación y su alcance que han dejado al descubierto los archivos desclasificados por el Ministerio de Defensa británico. (Ver recuadro al final del artículo).
Monumento a Malvinas en Ushuaia, Argentina
Un monumento a los caídos en Malvinas/Falklands en Tierra del Fuego, Argentina
Los folletos creados en diferentes momentos del conflicto -se imprimieron unos 12.000 ejemplares de cada uno- son, tal vez, el capítulo de la guerra psicológica más fascinante que describen los documentos confidenciales.
Uno de panfletos se inspira en la rápida derrota de la guarnición argentina en las islas Georgias del Sur, también ocupadas por el país sudamericano. Allí, el capitán de fragata Alfredo Astiz capituló el 24 de abril de 1982 ante la superioridad de las fuerzas británicas.
El volante, que incluye una foto de la rendición de Astiz, explota en particular el sentimiento de separación.
Panfleto
"Tus valerosos compañeros de armas ubicados hace poco en las islas Georgia del Sur han vuelto a su tierra patria. Fotografías de ellos recibiendo la bienvenida con honores militares y reunidos con sus seres queridos han aparecido en todos los periódicos", dice.
Y prosigue: "[Ellos] tomaron una decisión correcta y honorable. Tú debes ahora hacer lo mismo. Piensa en el peligro que te encuentras. Tus raciones y pertrechos de guerra están escasísimos […] Piensa en tus seres queridos y en tu hogar que esperan tu dichoso retorno".
Panfleto
Otro panfleto describe una situación aún más dramática: "Prontamente caerán sobre Uds. todos los rigores de un invierno cruel y despiadado y la armada argentina no está en condiciones de suministrarles los víveres o refuerzos que Uds. tanto necesitan".
Y completa: "Sus familiares viven con el tremendo terror que nunca los volverán a ver".
Salvoconducto y cañones
Entre los folletos impresos durante el conflicto, uno les ofrece a los conscriptos argentinos una solución práctica para escapar de su "desesperada situación": un salvoconducto firmado nada menos que por el comandante en jefe de los fuerzas británicas, el contraalmirante John "Sandy" Woodward.
El documento, claramente destinado a fomentar la deserción, certifica: "El soldado que porta este pase ha señalado su deseo de no seguir peleando. Se le tratará estrictamente de acuerdo a lo estipulado por la Convención de Ginebra y deberá ser evacuado del área de operaciones lo más pronto posible".
Y añade para reconfortar al eventual portador: "Se le suministrará alimentos y tratamiento médico de ser necesario y después será internado en un lugar de albergue donde esperará su repatriación".
Salvoconducto
El texto incluso da instrucciones precisas sobre cómo usar el salvoconducto. Le recomienda al beneficiario: "a) deponer su arma. b) mantener este pase en posición bien visible. c) avanzar hacia el integrante de las fuerzas británicas más próximas".
Sin embargo, la guerra psicológica con panfletos no resultó tal como la había planeado el GEP, la unidad encargada de la ofensiva desmoralizadora, y por varias razones.
En uno de los documentos secretos, el GEP se queja de las dificultades causadas por "la falta de inteligencia" sobre "las características psicológicas de la audiencia" para sacar el máximo provecho de la ofensiva con volantes.
Esta falta de inteligencia, añade, también imposibilitó comprobar si los folletos tuvieron alguna efectividad en el terreno.
Veterano de guerra argentino
La guerra acabó hace 35 años, pero las heridas no se han cerrado.
Lo que sí dejan en claro los archivos desclasificados es que los panfletos fueron despachados a las Malvinas/Falklands a bordo de dos buques militares, el HMS Fearless y el HMS Hermes, y que hubo reportes de que varios de ellos lograron ser distribuidos, aunque en otros casos fue imposible confirmar si efectivamente llegaron a sus destinatarios.
El GEP advierte, asimismo, de otro obstáculo que debió enfrentar: las limitaciones técnicas para lanzar los folletos en el "teatro de operaciones".
"No se desarrolló ningún proyectil para lanzar volantes con un cañón liviano de 105mm", lamenta. "Tampoco hubo ningún dispositivo de uso oficial para lanzar los panfletos desde el [jet de guerra] Harrier y otras aeronaves".
En la práctica, todo dependió de la buena voluntad de los militares británicos en el campo de batalla, a quienes desde luego los consumían las prioridades de la guerra.
línea
ONDAS DE RADIO: ¿QUÉ ESPAÑOL HABLAN?
Radio Atlántico Sur
El folleto par difundir las transmisiones de radio entre los soldados argentinos.
En los documentos desclasificados se lee que, a fines de abril de 1982, el Ministerio de Defensa de Reino Unido propuso la creación de una radioemisora para "bajar la moral de los soldados argentinos" en las Malvinas/Falklands.
La misión, que llevaba el nombre secreto de "Operación Moonshine" ("Luz de Luna"), dio origen a la Radio Atlántico Sur (RAdS).
Sus programas, destinados a "intensificar el sentido de aislamiento de las tropas argentinas y fomentar su rendición", serían producidos en Londres por un equipo de unas 25 personas, mayormente militares.
Entre ellos: un director, periodistas, presentadores, traductores, ingenieros radiofónicos y "recopiladores" (miembros del servicio de inteligencia encargados de obtener información relevante de todas las fuentes posibles).
Un blindado argentino destruido en las Falklands / Malvinas
En el archipiélago todavía se pueden observar evidencias de la batalla.
Según uno de los documentos desclasificados, el equipo trabajó de forma encubierta, en un lugar de la capital británica sin revelar. Para evitar comprometer sus operaciones, los empleados debían "usar la contraseña secreta 'Pinocho' para referirse a la estación de radio o sus objetivos".
Esa clave sugiere engaño, pero paradójicamente el grupo encargado de la guerra psicológica insiste en que "la RAdS se presente como una emisora neutral e imparcial", que "informe de los hechos" con fuentes del gobierno británico y de Argentina, "si [esto último] es compatible con las metas".
La justificación para esta suerte de "orientación editorial" puede encontrarse en uno de los documentos: "En el transcurso de la crisis, las autoridades argentinas buscaron maneras de justificar sus acciones y probar, especialmente ante su propia gente, que estaban teniendo éxito".
"Montaron una campaña de propaganda a gran escala en la que la verdad fue ignorada. Muchas de sus declaraciones eran tan exageradas y absurdas que se desbarataban por sí mismas", remata.
"De principiantes"
Según los archivos secretos del Ministerio de Defensa, la "Operación Moonshine" generó resistencia en otras áreas del gobierno británico y en la BBC, cuyos servicios Mundial y Latinoamericano ya transmitían al archipiélago y al territorio argentino.
La BBC también se opuso a que el gobierno tomara control de una de sus antenas en la Isla Ascensión -en medio del Océano Atlántico- para lanzar su "arma psicológica" por la frecuencia de 9,71 MHz.
BBC
La BBC se opuso a la transmisión "de principiantes".
La RAdS transmitió en español entre el 19 de mayo y el 15 de junio, durante cuatro horas diarias. Su programación incluía boletines de noticias, comunicados, reportajes y en ocasiones música.
Por qué Ascensión, una paradisíaca isla británica que fue clave en la guerra de las Malvinas/Falklands, está cada vez más aislada del resto del mundo
Sin embargo, según puede constatarse en el material desclasificado, los líderes de la "Operación Moonshine" acabaron frustrados.
En uno de los documentos se le pregunta al entonces ministro de Defensa, John Nott, si cree que la RAdS contribuyó de alguna manera en la capitulación de la guarnición argentina, y él responde: "Las transmisiones eran muy buenas… [pero] yo diría que no tuvieron un efecto mayor en el resultado".
Aquí Nott parece juzgar con indulgencia la calidad de la programación, porque en los archivos secretos se detallan varias de sus principales falencias. Para empezar, se cita a la misma BBC considerando que el contenido es "de principiantes" y denunciando que "compromete" su imparcialidad.
El resto de los defectos los explica bien una comunicación del ejército argentino interceptada por la inteligencia británica, que es lapidaria y cuyas conclusiones el gobierno de Reino Unido acaba aceptando.
Memorial de los caídos en las Falklands / Malvinas
649 solados argentinos y 255 británicos perdieron la vida en el conflicto.
"El lenguaje usado era cercano al de los centroamericanos y carecía del conocimiento idiomático de español de Argentina", sentencia.
Los británicos reconocen esto como un error estratégico: ¿cómo se puede lograr una identificación emocional en la guerra psicológica si se usan modismos ajenos?
Pero el documento en cuestión va más allá y hace que todo lo anterior parezca menor ante dos comprobaciones fácticas: "Ningún conscripto tenía la menor idea de lo que era la RAdS […] Los soldados argentinos ni siquiera estaban enterados de esta transmisión o nunca llegaron a escucharla debido a las circunstancias".
"La mayoría de los efectivos se encontraban en el terreno y, a excepción de algunos oficiales, ninguno de ellos tenía receptores". Y "cuando surgía alguna oportunidad de escuchar radio, sintonizaban las radios de Argentina".
La titánica y delicada tarea de desminar las Malvinas / Falklands (y por qué los pingüinos de las islas no las activan cuando las pisan)
Matthew Teller
BBC
8 mayo 2017
Yorke Bay, Malvinas/Falklands.
Bahía Yorke es un arco de arena blanca flanqueado por dunas coronadas con matorrales.
Camino por un sendero pedregoso que conduce a un promontorio.
Al costado se extiende majestuosa la arena blanca, flanqueada por dunas coronadas de matorrales, formados por una planta que crece poco y da esas dulces bayas rojas que los lugareños llaman diddle-dee.
Pero ante tal plácido paisaje, un ruido me sobresalta.
Es el cómico graznar de miles de pingüinos magallánicos o patagónicos (Spheniscus magellanicus), un sonido que llega a opacar el del océano.
Uno de ellos, que vigila su nido al lado del camino, tuerce el cuello para mirarme, aletea con violencia y me muestra su desagrado a un volumen ensordecedor.
Pingüinos magallánicos o patagónicos en Bahía Yorke, Malvinas/Falklands.
Los pingüinos magallánicos o patagónicos campan a sus anchas y se reproducen sin amenazas en Bahía Yorke.
Parece un rebuzno. Y así entiendo por qué a estas aves se les conoce localmente como "jackass", burro en inglés.
La playa, salpicada también por grupos de pingüinos gentú -Pygoscelis papua, también conocidos como pingüinos papúa o de vincha- es tentadora, pero una cerca de alambre de púas con un cartel que advierte del peligro me impide el paso hacia ella.
Esto es Bahía Yorke, situada a las afueras de Puerto Argentino/Stanley, la capital de las islas Malvinas o Falklands.
Y se estima que bajo su arena siguen existiendo cientos de minas antipersonales y otros explosivos usadas durante el enfrentamiento de Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas, conocido como la Guerra del Atlántico Sur, entre el 2 de abril y el 14 de julio de 1982.
El acuerdo sobre las islas Malvinas / Falklands que marca un giro en las relaciones entre Argentina y Reino Unido
Cerca con cartel que advierte del peligro por las minas en Bahía Yorke, Malvinas/Falklands.
Como en otras partes de las Malvinas/Falklands, en Bahía York hay minas enterradas desde la guerra de 1982.
Pingüinos ligeros
Afortunadamente las minas no son problema para los pingüinos, no al menos para los magallánicos y para los gentú de Bahía Yorke.
"Al parecer no son lo suficientemente pesados como para activarlas", dice Esther Bertram, la directora ejecutiva de la organización británica no gubernamental Falklands Conservation.
Al otro lado de la cerca, protegidos de la invasión humana, estas aves han llevado una vida tranquila sobre su campo minado.
"Las minas son horribles y muy difíciles de eliminar. Prácticamente te tienes que arrodillar y quitar la arena y la tierra con tus manos, y trastornar así el ecosistema", dice Paul Brickle, el director del Instituto de Investigación Ambiental del Atlántico Sur (Saeri), una organización de académicos con sede en Puerto Argentino/Stanley.
Entonces, "¿cuál es el beneficio de retirarlas?", se pregunta.
Pingüinos gentú -Pygoscelis papua, también conocidos como pingüinos papúa o de vincha- en Bahía Yorke, Malvinas/Falklands.
Muchos de los lugareños creen que desminar la bahía no tiene ningún beneficio y que perjudicará a la colonia de pingüinos que allí se reproduce.
De hecho, al menos al inicio, no toda la población de la isla -unas 3.000 personas- apoyaba el desminado.
"La idea no les entusiasmaba, para decirlo sin rodeos", dice Barry Elsby, miembro de la Asamblea Legislativa de las Malvinas/Falklands.
"Hubiéramos preferido que se dejaran los campos minados tal cual. Están claramente demarcados y cercados. Ningún civil ha resultado nunca herido", explica.
"Le decimos al gobierno británico que no gaste el dinero en esto, que lo haga en un país que necesite limpiar su tierra agrícola de minas", añade.
"Desafortunadamente, el gobierno de Reino Unido firmó la convención de Ottawa, lo que los obliga a hacerlo".
El Tratado de Ottawa o la Convención sobre la prohibición de minas antipersonales se firmó en 1997, entre otros por Reino Unido.
Una mina es detonada cerca de Puerto Argentino/Stanley, la única ciudad y capital de Malvinas/Falklands en 2007.
Como signatario de la convención de Ottawa, Reino Unido tiene la obligación de desminar los terrenos que están bajo su control, y lo está haciendo en Malvinas/Falklands.
Y además de vedar la adquisición, la producción, el almacenamiento y la utilización de minas antipersonales, obliga a sus firmantes a retirar éstas de los territorios que están bajo su control.
Por lo tanto, piensen lo que piensen los lugareños -y los pingüinos- sobre ello, las minas deben retirarse.
"Con suavidad"
Desde 2009 el gobierno británico ha gastado decenas de millones de libras para desminar las islas.
Guy Marot, de la Oficina del Programa de Desminado de las Malvinas/Falklands, supervisa un equipo formado mayoritariamente por técnicos zimbabuenses, muy apreciados por su gran experiencia en limpiar los terrenos de su país de estos explosivos.
El zimbabuense experto en desminado Farai Beghede en Malvinas/Falklands.
El zimbabuense experto en desminado Farai Beghede trabaja en la retirada de esos explosivos en Malvinas/Falklands.
El experto me lleva a una uno de las zonas en las que están trabajando.
En un páramo, luchando contra el viento y la lluvia, me encuentro con el especialista en desminado Innocent Mudzamiri.
Tumbado sobre el terreno pantanoso y equipado con ropa protectora y una visera, me explica en qué consiste su labor mientras limpia con cuidado un artilugio que podría hacerle saltar por los aires.
"Simplemente hay que tener cuidado. Lo tienes que hacer con suavidad, para no alterar la bomba", me dice.
"Y tienes que tener la mente clara, no pensar en la familia o en cualquier otra cosa, concentrarte".
Las amenazas
Mudzamiri y sus colegas ya han limpiado de minas más de siete millones de metros cuadrados de campo.
Pero ahora, en la quinta fase del programa de desminado, están revisando superficies delicadas desde el punto de vista medioambiental, como por ejemplo Bahía Yorke.
Su labor forma parte del proyecto que está desarrollando el gobierno de las islas para evaluar el posible impacto ambiental que tendría la eliminación de las minas, para medir sus riesgos y los posibles beneficios para la vida silvestre del lugar.
Cartel que da la bienvenida a las Malvinas/Falklands en Puerto Argentino/Stanley, el puerto principal y capital de las islas.
El gobierno de las Malvinas/Falklands está evaluando el riesgo que podría suponer el desminado para el medioambiente.
Y Bahía Yorke es una de las parcelas más complejas en ese sentido.
Es que, en los 35 años posteriores al que fueron colocadas en las dunas blanquecinas, los explosivos han ido moviéndose con el viento y cambiando de forma.
Incluso con los gráficos de la guerra en mano, es imposible saber dónde se ubica hoy cada una de ellas. Podrían haberse desplazado a una gran distancio o estar enterradas a metros de profundidad.
Así que los expertos se enfrentan a tener que excavar toda la playa, quizá con la ayuda de maquinaria armada, para tamizar toda la arena.
La idea sería hacerlo durante el invierno, cuando los pingüinos estén mar adentro.
Pero mientras, su hábitat y el ecosistema entero quedarían destruidos.
Algo a lo que tampoco ayudaría el turismo, clave para la economía local.
Pingüinos observan un crucero en Malvinas/Falklands.
Cada año llegan a Malvinas/Falklands 50.000 visitantes, la mayoría a pasar el día a bordo de los cruceros con los que surcan los mares de Sudamérica.
Y es que cada año llegan a las islas unos 50.000 visitantes, la mayoría a pasar el día y volver de noche a los cruceros con los que siguen después surcando las aguas de Sudamérica y la Antártica.
Así, cuando un barco de ese tipo llega a puerto, desembarcan cientos de pasajeros con la intención de disfrutar de la vida silvestre del lugar.
Y si Bahía Yorke volviera a abrirse al público, se convertiría en un imán para estos, por su cercanía de Puerto Argentino/Stanley. Se encuentra apenas a 10 minutos en coche de la capital.
Pero no sólo los extranjeros se volverían una amenaza para el medioambiente tras el desminado en la bahía. Los lugareños también podrían jugar ese papel.
Esto se debe a que Yorke, a diferencia de la mayoría de las playas de las Malvinas/Falklands, es pública.
Por lo tanto, al reabrirla podría volver a ser lo que era antes de la guerra: la playa de moda de los capitalinos.
Bahía Surf en 2007, antes de ser desminada. Malvinas/Falklands.
A los expertos les preocupa los efectos que puedan provocar los lugareños que pasean por Bahía Surf, otra playa aledaña a la capital, ahora que está desminada.
De hecho, las autoridades ya están preocupadas por los efectos que podrían estar provocando en el entorno los paseos en quads y el pastoreo que tiene lugar en las tierras públicas aledañas a la zona vallada de la bahía Yorke.
E incluso si el terreno ya desminado siguiera cercado, es incierto cuán protegido permanecería.
En la encrucijada
En 2010 Marot supervisó la retirada de las 1.800 enterradas en Bahía Surf, otra playa contigua a Puerto Argentino/Stanley.
Y hoy ve con preocupación cómo los lugareños caminan sobre las dunas, donde pasean también a sus perros, ya que no está claro el daño que esto podría estar causando a la reserva natural.
"La recuperación es notable", reconoce.
"Los procesos utilizados en su momento incluyeron la explosión de las minas antitanque in situ, generando agujeros de hasta 10 metros de profundidad. El paisaje se volvió lunar", recuerda.
Pingüinos magallánicos o patagónicos en Chile.
Los pingüinos de Bahía Yorke podrían enfrentarse ahora a una nueva amenaza, el desminado.
"Pero lo volvimos a rellenar con la arena y tratamos de hacerlo de una manera que permitiera a la naturaleza recubrir la zona completamente. Y eso es precisamente lo que se aprecia hoy".
Así que hoy las Malvinas/Falklands se encuentra en una encrucijada, entre la obligación de desminar su suelo y el imperativo de conservar el medioambiente.
Y mientras, los pingüinos magallánicos siguen multiplicándose al otro lado de la cerca, irónicamente gracias a una de las peores cosas que la humanidad puede hacer: la guerra.
Por qué Reino Unido quiere modernizar su despliegue militar en Malvinas / Falklands
Redacción
BBC Mundo
24 marzo 2015
Tropas británicas en las Malvinas / Falklands
El gobierno de Reino Unido está planeando aumentar su presencia militar en las islas Malvinas / Falklands
Reino Unido modernizará su sistema de defensa de las islas Malvinas o Falkland para enfrentar "cualquier posible amenaza futura", confirmó este martes el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, en entrevista con la BBC.
"Necesitamos modernizar nuestras defensas para garantizar que tenemos suficientes tropas y que las islas puedan ser adecuadamente defendidas por mar y por aire", dijo Fallon en una entrevista en la que dijo que el archipiélago seguía bajo "amenaza" por causa de los reclamos de Argentina.
El país sudamericano considera que las islas le pertenecen y la disputa entre ambos países los llevó a la guerra en 1982.
Y, según el ministro británico, "la amenaza no se ha reducido", pues Argentina mantiene su reclamo sobre las mismas.
La selección argentina apoyando la reivindicación sobre las Malvinas / Falklands
En los últimos años Argentina ha hecho sentir con más fuerza su reclamo sobre las islas Malvinas / Falklands.
"La amenaza a las islas se mantiene, pero también nuestro compromiso de ser absolutamente claros en que los isleños tienen el derecho a seguir siendo británicos y el derecho a la protección adecuada de nuestras fuerzas de seguridad", explicó el funcionario.
Pero el ministro de defensa argentino, Agustín Rossi, insistió en la clara "vocación diplomática" de su país en la disputa por la soberanía del archipiélago e insistió en que la zona del Atlántico Sur debería ser "una zona de paz".
"Es un hecho que nos preocupa. Esta militarización de Malvinas por parte de Gran Bretaña va en el sentido contrario a lo que hemos definido", le dijo Rossi a la emisora local La Red.
Y, en conversación con otra emisora, el ministro también calificó la idea de una posible invasión militar argentina del archipiélago como "una locura".
¿Aviones rusos?
Por lo pronto, parte de los planes británicos para ampliar su presencia en el archipiélago serán presentados este mismo martes ante el Parlamento, pero el ministro advirtió que no se harán públicos "todos los detalles" por razones de seguridad.
Avión ruso Sukhoi
La posible llegada de aviones de combates rusos a Argentina ha sido mencionada como una posible razón.
Y el ministro tampoco confirmó si la medida se estaba tomando en respuesta a supuestos planes argentinos para fortalecer sus capacidades ofensivas con ayuda de Rusia, tal y como reportó temprano el tabloide británico The Sun.
En diciembre pasado medios británicos informaron de una propuesta rusa para intercambiar aviones de combate a cambio de carne, trigo y otros alimentos provenientes de Argentina.
Pero un trato en ese sentido fue desmentido en su momento por el ministro de Defensa argentino.
Y su similar británico reconoció que los reportes de un acuerdo con Rusia "aún no habían sido confirmados".
"Todo lo que puedo decir es que la amenaza se mantiene, es una amenaza muy viva, a la que tenemos que responder", aseguró Fallon.
Mientras que Rossi dio a entender que The Sun estaba mintiendo para aumentar su circulación.
"Es sencillamente mentira. No hay ninguna política armamentista de parte de nuestro país. Nuestra política de defensa es de desarrollo de las capacidades de planeamiento, no tiene hipótesis de conflicto", insitió el ministro argentino.
Aniversario a la vista
Y en Londres, por su parte, comentaristas hicieron notar que el anuncio de Fallon se daba en plena campaña electoral y cuando sólo faltaban nueve días para el 33 aniversario del desembarco de tropas argentinas en las Malvinas / Falklands.
Tropas británicas durante la guerra de las Malvinas / Falklands de 1982
El 33 aniversario del inicio de la Guerra de las Malvinas / Falklands se conmemorará el próximo 3 de abril.
La decisión de enviar tropas a la isla, tomada por la Junta Militar que entonces gobernaba Argentina, desencadenó un conflicto bélico que se extendió del 3 de abril al 14 de junio de 1982.
Y como resultado del enfrentamiento perdieron la vida a 655 soldados argentinos y 255 soldados británicos.
Argentina ha reclamado como suyas las islas –ubicadas a 464 kilómetros de sus costas y más de 12.700 Kms de Londres– desde su independencia de España.
Pero los británicos tienen control total sobre las mismas desde 1833.
En 2013 los habitantes del archipiélago –en su mayoría colonos británicos– se pronunciaron a favor de seguir siendo un terriotrio británico de ultramar en un referendo, por 1.513 votos a tres.
El acuerdo sobre las islas Malvinas / Falklands que marca un giro en las relaciones entre Argentina y Reino Unido
Redacción
BBC Mundo
15 septiembre 2016
El vicecanciller británico Alan Duncan con la canciller argentina Susana Malcorra
El vicecanciller británico Alan Duncan se reunió con la canciller argentina Susana Malcorra en Buenos Aires.
La tensa relación entre Argentina y Reino Unido parece haber dado un giro sustancial.
Este miércoles ambos países publicaron un comunicado anunciando medidas inéditas en los últimos 15 años.
El vicecanciller británico encargado de asuntos de Europa y América, Alan Duncan, se reunió el miércoles en Argentina con ministra de Relaciones Exteriores Susana Malcorra para negociar la reanudación de los vuelos desde aeropuertos argentinos a las islas Malvinas/Falklands.
Asimismo acordaron trabajar hacia la realización de proyectos conjuntos de exploración de hidrocarburos en las islas.
Ambos países, que mantienen una disputa por la soberanía del archipiélago, indicaron que harán esfuerzos para eliminar medidas restrictivas en las industrias de petróleo, gas, transporte y pesca.
También se comprometieron a trabajar más estrechamente en una serie de temas bilaterales, incluyendo comercio y seguridad.
Islas Falkland/Malvinas
Ambos países reclaman soberanía sobre las islas en el Atlántico Sur, donde viven cerca de 3.000 habitantes.
Se espera que los vuelos directos entre las islas y Buenos Aires se abran de manera permanente y continua.
En la actualidad hay vuelos ocasionales hacia Chile que hacen escala en Argentina.
Acuerdo inédito
Aunque Reino Unido dijo que los acuerdos no afectarían la soberanía de las Malvinas/Falklands, las medidas marcan un punto de inflexión en las relaciones, según afirma el corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, Daniel Pardo.
Ambos países reclaman soberanía sobre las islas en el Atlántico Sur, donde viven cerca de 3.000 habitantes, y en 1982 protagonizaron una guerra que dejó cientos de muertos.
Alan Duncan, que también se reunió brevemente con el presidente argentino Mauricio Macri, es el primer funcionario de la Cancillería británica que visita Argentina desde 2010, y su viaje es visto como un fuerte indicio de un acercamiento en las relaciones anglo-argentinas, a pesar de la continua disputa sobre el archipiélago.
Durante sus ocho años de su gobierno (2007-2015), la expresidenta de izquierda Cristina Fernández de Kirchner reclamó de manera férrea la soberanía de las islas y trató de presionar a empresas británicas y estadounidenses para no perforar las aguas aledañas en busca de petróleo.
Sin embargo, el conservador Mauricio Macri, quien asumió como mandatario en diciembre de 2015, prometió un "nuevo tipo de relación" con Reino Unido.
La confusa historia de las Malvinas/Falklands
Veronica Smink
BBC Mundo, Argentina
5 enero 2013
Islas Malvinas/Falklands
Más de 900 personas murieron como consecuencia de la guerra de Malvinas/Falklands en 1982.
A 30 años de la guerra que lucharon Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas Malvinas/Falklands, los dos países continúan la disputa diplomática y verbal sobre quién es el legítimo dueño de ese archipiélago.
El jueves, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, publicó una carta en la prensa británica instando a Reino Unido a sentarse a negociar sobre las islas. En la misiva, la mandataria acusó al país de haberlas invadido hace 180 años, el 3 de enero de 1833, en un "ejercicio descarado de colonialismo".
Según Fernández, los británicos "expulsaron a los argentinos" y comenzaron "un proceso de implantación de población".
La reacción de Londres no se hizo esperar. El gobierno británico negó "enérgicamente" haber expulsado a colonos argentinos de las islas en 1833. El primer ministro, David Cameron, reiteró, además, un pedido a Argentina a que respete el derecho de autodeterminación de los kelpers (como se conoce a la población local).
Este viernes el diario más popular de Reino Unido, el tabloide sensacionalista The Sun, tomó una inusual medida para mostrar su apoyo a la postura oficial británica.
Publicó un anuncio dirigido a la presidenta argentina, en inglés y en español, en el principal diario de habla inglesa en Argentina, el Buenos Aires Herald, donde asegura que "decir que hace 180 años Argentina 'fue despojada' de las Islas Falklands no tiene fundamento".
"No se expulsó a ninguna población argentina. Se trataba solo de una guarnición argentina que había sido enviada a las islas para tratar de imponer la soberanía argentina en un territorio británico soberano", aseguró el texto, que exige al país sudamericano que "mantenga sus manos fuera de las Falklands/Malvinas".
Distintas versiones
El entredicho resalta las distintas versiones oficiales que existen con respecto a quién es el legítimo soberano de este archipiélago, ubicado en el Atlántico Sur.
Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner
Argentina acusa a Reino Unido de haber usurpado las islas en 1833.
Los dos países ni siquiera se ponen de acuerdo sobre quién descubrió las islas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina dice que el primero que llegó fue el portugués Fernando de Magallanes, en una expedición que realizó en 1520 al servicio de España.
En cambio, el gobierno de Reino Unido afirma que el primero en poner pie en las islas fue el capitán británico John Strong, en 1690. Esta versión señala que Strong bautizó a las islas con el nombre del Visconde Falkland, quien era su patrón en ese entonces.
No obstante, el desacuerdo más polémico tiene que ver con quién se estableció primero en Malvinas/Falklands.
Argentina dice que Francia estableció un asentamiento en Puerto Luis (o Port Louis) en 1764, pero España objetó y obtuvo el reconocimiento de su derecho sobre las islas.
Luego de que el asentamiento pasó a manos españolas, en 1767, "siempre hubo un gobernador español residiendo en las Malvinas, quien reportaba a las autoridades en Buenos Aires", centro del Virreinato del Río de la Plata.
Después de la independencia argentina, en 1816, las islas continuaron bajo esa jurisdicción.
Buenos Aires asegura que en 1825 Reino Unido reconoció la independencia argentina y no reclamó las islas.
En 1829 el gobierno argentino designó a Luis Vernet como gobernador de las Malvinas/Falklands, cargo que ejerció hasta 1833 cuando empezó la ocupación británica.
La visión británica
Primer ministro británico, David Cameron
Los británicos afirman haber conquistado las Malvinas/Falklands en 1765.
La historia oficial de Reino Unido es muy distinta. Los británicos coinciden en que se estableció una pequeña colonia francesa en Port Louis, en la isla oriental (East Falkland o Isla Soledad), en 1764 y que pasó a manos españolas tres años después.
Pero afirman que al año siguiente una expedición británica llegó a Port Egmont, en la isla occidental (West Falkland o Gran Malvina), y "tomó formal posesión de la misma y de todas las islas circundantes para el rey Jorge III". Otra expedición británica estableció un asentamiento de unas 100 personas en Port Egmont en 1766, y aunque debió retirarse "por motivos económicos" en 1774, "la soberanía nunca fue cedida ni abandonada". Según Reino Unido, el asentamiento español en East Falkland fue abandonado en 1811, dejando a las islas "sin habitantes y sin ninguna forma de gobierno".
La cláusula secreta
Según el historiador argentino Federico Lorenz, existe una historia oculta que explica por qué hay tanta polémica en torno a la soberanía de las Malvinas/Falklands.
Lorenz le dijo a BBC Mundo que cuando los británicos tomaron Puerto Egmont, en Gran Malvina/West Falkland, en 1765, España rechazó su presencia porque consideraba todo el archipiélago como propio.
Islas Malvinas/Falklands
Los isleños realizarán un referéndum en marzo.
Según el historiador, los británicos accedieron a retirarse en 1774 y acordaron a través de una cláusula no volver a reclamar la soberanía de las islas. Sin embargo, ese documento jamás fue hallado.
Lorenz niega la versión británica de que a partir de 1811 quedó abandonado el asentamiento fundado por los españoles en Isla Soledad/East Falkland, pero admite que cuando los británicos llegaron en 1833 había sólo unas 15 personas viviendo allí, y no estaba Vernet, el gobernador.
"En 1831 Estados Unidos atacó las instalaciones de los argentinos en Malvinas por una disputa comercial y la mayoría de los 150 pobladores viajó al continente. Vernet también tuvo que ir a Buenos Aires por este tema, pero Argentina nombró a un gobernador interino", aseguró.
Más allá de las versiones, lo cierto es que el asunto de fondo nunca fue dirimido ante una corte. Las Naciones Unidas son el organismo encargado de resolver la disputa pero hasta ahora Reino Unido se ha negado a tratar el tema, afirmando que los kelpers tienen derecho a "determinar su futuro".
En marzo próximo, los isleños anunciaron que llevarán a cabo un referéndum para determinar si quieren seguir siendo británicos.
La guerra de Malvinas / Falklands empezó en otro lado
Vladimir Hernández
BBC Mundo, Argentina
19 marzo 2012
El próximo 2 de abril se conmemoran 30 años del inicio de la Guerra de Malvinas/Falklands entre Argentina y Reino Unido. Pero ese conflicto bélico no empezó ni en dicha fecha o dicho lugar.
Foto cortesía Serge Briez
Obreros argentinos en las islas Georgia del Sur.
Todo comenzó dos semanas antes, un 19 de marzo, y en unas remotas y escasamente habitadas islas del Atlántico Sur, sin aeropuerto y a varios días de navegación de Malvinas/Falklands: las islas Georgia del Sur.
Efectivamente, un día como hoy, hace 30 años, un barco propiedad del empresario argentino Constantino Davidoff llegó al puerto de Leith, en las Georgias del Sur.
En el sitio había (y aún hay) una base científica, con personal militar, del British Antartic Survey (BAS). Las islas eran y siguen siendo consideradas parte del territorio británico de ultramar.
Davidoff había logrado un contrato para desmantelar unas antiguas estaciones balleneras en las islas y el buque llevaba a los trabajadores que había contratado para dicha tarea.
Sin embargo, los 29 obreros que descendieron de la nave habrían izado la bandera argentina una vez en tierra, y además efectuaron algunos disparos, para cazar un reno según se supo después.
Inmediatamente, las autoridades de la isla les pidió a los visitantes llevarse su bandera e irse del lugar.
Lo de las Georgia del Sur fue como un tubo de ensayo para Malvinas
Federico Lorenz, historiador
Y el gobierno de Malvinas/Falklands también le solicitó en ese momento a la cancillería británica el envío de refuerzos militares a la zona, en caso de que fuese un intento de Argentina por quedarse en el lugar como parte del reclamo por las islas del Atlántico Sur.
Al día siguiente Londres autorizó el envío del HMS Endurance a las Georgias del Sur, como una forma de disuadir a los trabajadores a quedarse o volver a izar la bandera.
Y pocos días después la junta militar que gobernaba Argentina en ese momento respondió.
El gobierno de Leopoldo Galtieri aprobó el despliegue de un escuadrón de fuerzas especiales -comandado por el ahora tristemente celebre capitán Alfredo Astiz, quien años después fue condenado por crímenes de lesa humanidad entre 1976 y 1983- a las islas Georgias para proteger a los operarios.
Lo que empezó como un incidente menor comenzó a escalar hasta que aceleró el programa que ya venían ideando los gobernantes militares argentinos: recuperar Malvinas.
Ensayo
"Lo de las Georgia del Sur fue como un tubo de ensayo para Malvinas. Según fuentes argentinas y británicas existe la idea de que hubo un incidente provocado que los militares argentinos aprovecharon", señaló a BBC Mundo el historiador Federico Lorenz, autor de varios publicaciones sobre la guerra entre Argentina y Reino Unido.
Y esto lo confirma un informe/auditoría elaborado por Oliver Franks (Lord Franks), a pedido del gobierno británico, tras la guerra.
Obreros argentinos en la isla Georgia del Sur.
El izamiento de una bandera argentina en las islas hizo subir la tensión.
"Los informes de inteligencia disponibles nos indican que cuando el incidente (en las Georgias del Sur) se fue poniendo más serio, la junta militar (argentina) fue escalando la la situación hasta invadir las Falklands", señala el informe de Franks.
Para algunos historiadores y ex funcionarios británicos el objetivo era medir cómo reaccionaría Reino Unido ante la toma de un territorio similar a Malvinas/Falklands, antes de que se diese luz verde a la invasión.
"De hecho, las fuerzas argentinas ya había probado algo similar en 1976, en Thule, una pequeña isla de las Sandwich del Sur (también en el Atlántico Sur), donde intentaron instalar una base supuestamente científica, con personal militar (pese a ser un territorio británico de ultramar)", dice Lorenz.
Informes del gobierno británico dan cuenta del incidente en Thule, mantenido secreto hasta 1978, cuando se filtró al público a través de los medios.
Misterio
Salida y fin
Horacio Bicaín era el comandante del submarino argentino Sante Fe, durante la Guerra de Malvinas, y fue testigo presencial del fin de la presencia argentina en las Gerogia del Sur, el 25 de abril de 1982.
"Había ido ahí el 24 de abril llevando reabastecimiento de tropas y provisiones. Logré entrar a una caleta en Gryvitken de noche, tratando de evitar el submarino nuclear británico que vigilaba la bahía", le dice Bicain a BBC Mundo.
Sin embargo, un helicóptero británico los divisó en la mañana del 25 de abril y fue el principio del fin.
"Nos empezó a bombardear y nosotros, al estar en superficie, sólo podíamos responder con fusiles", dice el militar retirado.
Poco después la marina británica lanzó un ataque de artillería feroz sobre la posición argentina en tierra, que si bien no dejó muertos obligó a las horas a que los argentinos se rindiesen.
"Nuestras órdenes eran provocar un enfrentamiento pero no muertes innecesarias. Y cuando nos rendimos nos dimos cuenta que pudo haber sido peor porque los británicos ya habían desembarcado y estaban escondidos a 300 metros de nosotros", señala Bicaín.
Los prisioneros argentinos fueron llevados primero a un buque y luego a la isla de Ascensión, hasta que finalmente se los devolvió a Argentina tras la guerra.
En tanto, el submarino Santa Fe -un veterano de la Segunda Guerra Mundial cuando formaba parte de la marina estadounidense- quedó en las islas Georgia del Sur hasta que fue remolcado y dejado hundir en el Atlántico Sur en 1985, al considerarse ya una embarcación obsoleta.
En el caso de las Georgias del Sur el incidente se produjo cuando los trabajadores chatarreros contratados por Davidoff decidieron izar la bandera argentina. La pregunta, aún sin respuesta, es por qué lo hicieron.
"Hay mucha especulación sobre si habían militares entre los operarios que iban con la intención de provocar un incidente diplomático", dice Lorenz.
Nicholas Henderson, el exembajador británico en Washington en ese entonces, afirma que el secretario de Estado de Estados Unidos en 1983, Alexander Haig, le dijo que "los trabajadores chatarreros eran personal militar disfrazado enviado a las Georgias para provocar algo".
Al ser consultado sobre si su personal incluía a militares, Davidoff es tajante: "no había ni un solo militar. Yo no iba a permitir que fuese un militar junto a mis trabajadores y que esto luego me arruinase, como efectivamente sucedió".
Al estallar la guerra entre ambas naciones dos semanas después del incidente en las Georgias, Davidoff no pudo más nunca acceder a las estaciones balleneras que buscaba desmantelar, perdiendo la inversión que había hecho y sufriendo severas pérdidas económicos.
"Yo tengo un documento de la Cruz Roja que certifica que mis operarios eran todos civiles, ya que ellos quedan retenidos en las islas hasta que son evacuados como refugiados de guerra semanas después", afirma Davidoff.
No obstante, en 1981 Davidoff había visitado personalmente las Georgias para inspeccionar las estaciones balleneras, pero sin autorización según Londres. Este hecho -según se lee en documentos hechos públicos por el gobierno británico- estuvo a punto de crear un conflicto diplomático, que sin embargo no pasó a mayores.
Pero sí quedó como precedente para explicar porqué apenas se produce el incidente con los operarios un año después, la autoridad de Malvnas/Falklands opta inmediatamente por el envío de un barco de guerra.
"Ahora con la pronta desclasificación del Informe Rattenbach (una auditoría efectuada por Argentina tras la guerra y que se mantuvo secreta hasta este año) quizás se revele si efectívamente entre los obreros de Davidoff había militares", señaló Lorenz.
Astiz
Un testigo excepcional de todo el incidente en 1982 es el cineasta francés Serge Briez.
Briez, junto a dos compatriotas suyos, navegaban rumbo a Antártida a filmar un documental, cuando una tormenta los forzó a atracar en las Georgias, pocos días antes de la llegada del personal de Davidoff.
Astiz
Actualmente Astiz cumple cadena perpetua.
Una vez que llegó el contingente argentino Briez y sus paisanos establecieron relaciones -cenaban juntos casi todos los días- y luego incluso fueron testigos de la llegada de las fuerzas especiales argentinas.
"Los comandos militares golpean nuestro velero cuando atracan (el 25 de marzo) en Leith. Tremendo susto nos dieron", le dijo Briez a BBC Mundo.
"Era difícil en ese momento saber quiénes eran militares o civiles, porque todos llevaban más o menos el mismo tipo de abrigo de invierno", recuerda.
De hecho, en los primeros informes que hace el BAS se describe a los argentinos con "uniformes como de militares".
Sin embargo, para Davidoff "eso no prueba nada, es una declaración confusa".
Durante los días que estuvo en las Georgias del Sur Briez no sólo conoció a operarios y militares, sino que filmó y fotografió el izamiento de la bandera argentina el 3 de abril, cuando ya se había producido la invasión a las Malvinas/Falklands.
"Incluso conocí a Astiz. Un personaje muy astuto, que se adapataba a todas las situaciones muy bien. Entendí todo esto una vez que volví a Francia y supe de su historial cuando lo servicios de inteligencia franceses, británicos y suecos me interrogaron para saber de él", dice Briez.
Astiz es solicitado por el asesinato de varios ciudadanos europeos durante la ola de represión del entonces gobierno militar argentino, entre los que se incluye una adolescente sueca y dos monjas francesas.
Hoy en día las Georgias forman parte del reclamo argentino por Malvinas/Falklands, además de las Sandwich del Sur.
En el lugar continúa funcionando la base científica británica con poco personal.
Las islas son consideradas un punto estratégico para acceso a la Antártica y un importante reservorio de flora y fauna.
Y, calladamente, son el lugar que marcó el inicio de una de las últimas guerras en el mundo occidental.
09 de marzo de 2001 - 20:09 GMT
Desmilitarizan islas del Atlántico Sur
Soldados británicos rumbo a las Malvinas o Falklands.
Las fuerzas británicas se quedaron en las Georgias del Sur luego de la guerra.
Gran Bretaña decidió retirar su personal militar de las Islas Georgias del Sur, el primer lugar al que llegaron los soldados argentinos durante la Guerra de las Malvinas o Falklands.
Un portavoz del Ministerio de Defensa británico indicó que el destacamento en esas islas, de unos 20 oficiales, será reemplazado por un equipo del Instituto Antártico Británico, que tendrá una base en el lugar para estudios científicos.
El retiro de las fuerzas militares significa volver a la situación en la que se encontraban las islas antes del conflicto que enfrentó a Gran Bretaña y Argentina por las Islas Malvinas.
Soldados británicos en Puerto Stanley.
En 1982, los británicos se enfrentaron a los argentinos por las Malvinas.
Ambos países se enfrentaron en 1982, luego de que las fuerzas argentinas invadieran las islas Malvinas.
Buenos Aires reclama la soberanía de este archipiélago, así como de las islas Georgias del Sur y Sandwich desde 1833, cuando fueron invadidas por las fuerzas británicas.
Al finalizar el conflicto, las Georgias del Sur fueron ocupadas por un destacamento militar del Reino Unido, pero ahora las islas volverán a estar habitadas sólo por civiles.
La vigilancia continúa
El destacamento militar se trasladará justamente a las Malvinas, cuya unidad militar será la encargada de mantener la vigilancia área y marítima en la zona.
"El jefe militar de las Falklands seguirá siendo responsable de garantizar la seguridad en las Georgias del Sur y las (vecinas) islas Sandwich", señaló el portavoz del Ministerio de Defensa británico.
Gran Bretaña y Argentina mejoraron sus relaciones diplomáticas en los últimos años, pero Londres aún se niega a discutir la soberanía de las Malvinas.